Iglesias viste de Zara: así cambia de chaqueta un impostor
Que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, vista en Zara no tendría ninguna importancia; es más, sería de una lógica aplastante teniendo en cuenta que estamos ante una firma española de proyección mundial. Pero dado que el secretario general de Podemos y sus conmilitones han cargado con dureza contra Amancio Ortega, al que han acusado de crear un imperio a base de explotar a trabajadores de los países menos desarrollados y le han criticado hasta la náusea por sus multimillonarias donaciones a la sanidad pública española, la chaqueta de Zara del líder podemita no deja de ser la expresión más palmaria de la hipocresía. Tanto como criticar a Luis de Guindos por comprarse un ático y terminar viviendo en un casoplón en Galapagar.
Entre lo que predica Pablo Iglesias y sus actos hay una distancia sideral, lo que revela que el dirigente de extrema izquierda es un cínico superlativo y que su indecencia ha adquirido niveles imposibles de superar. Ver a Pablo Iglesias vestido de Zara provoca, en un primer momento, hilaridad, porque no se puede ser más falsario. Sin embargo, el hecho de que a Iglesias se le haya descubierto la chaqueta sirve para confirmar que estamos a uno de esos personajes cuya impostura es reflejo de una descomunal falta de escrúpulos. Iglesias ha llevado al límite la incoherencia entre lo que predica y lo que hace. Todo en él es mentira, falso, impostado. Es un simple embaucador, pero con un peligro evidente. ¿Cómo confiar en alguien así? Es imposible, porque quien demuestra tamaña falta de coherencia no merece crédito alguno.
Vestido de Zara, Pablo Iglesias se contradice a sí mismo. Choca contra sus propias proclamas. Queda, de nuevo, en evidencia. A algunos podrá sorprenderles su evidente hipocresía, pero la chaqueta de Zara no es más que una muestra más de lo que verdaderamente es: un impostor en toda regla. Y lo más grave es que es un impostor que ocupa la vicepresidencia segunda del Gobierno de España.