La grosería institucional de un petimetre

Carlos Dávila arranca su vídeocolumna recordando a Agustín de Foxa, que llamaba petimetre a aquel con un ego superlativo que no se corresponde con sus capacidades intelectuales. Una referencia que le permite destacar el nuevo acto de ninguneo de Pedro Sánchez hacia el Rey, un acto premeditado y pensado para destacar que él no arropa a Felipe VI en sus actos públicos para evitar darles solemnidad.
Dávila trae a colación, no el discurso de Felipe VI en la sesión de apertura en la XIV Legislatura, sino el que pronunció ante el cuerpo diplomático, en el que destaca el mérito de hablar de derechos humanos y libertades ante los representantes de países como Nicaragua, Cuba, Venezuela o Argentina.
Una intervención del Rey que no ha tenido el suficiente eco en los medios de comunicación, pero que era tan importante que debería haber contado con la presencia de Pedro Sánchez. Otro acto más de grosería institucional que ha sufrido la Monarquía tras el que merece preguntarse una vez más hasta qué punto va a seguir tolerando el Rey de España los desplantes de su jefe del Gobierno.