Gobierno socialcomunista y desplome del mercado de trabajo
Siendo pésimo el dato de paro de enero -90.248 desempleados más- y de afiliación a la Seguridad Social -se perdieron 244.044 cotizantes, la peor cifra desde 2013- lo más irritante es la reacción de Podemos, ahora al frente del Ministerio de Trabajo. No sólo es la actitud sectaria de la izquierda radical, sino su dogmatismo ideológico, incapaz de interpretar el mensaje que transmiten los datos y las cifras: el mercado laboral ha reaccionado negativamente al anuncio de la derogación de la reforma laboral y de la subida del salario mínimo interprofesional. Si a esto le añadimos el hecho de que enero es tradicionalmente un mal mes por el fin de los contratos navideños, la situación es grave con tendencia al estado crítico.
El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Pablo Echenique, cree que lo que hay que hacer es derogar con urgencia la reforma del PP. Echenique es un indocumentado en materia laboral que es partidario de avanzar en dirección contraria a lo que recomiendan los expertos. Podemos apuesta por poner más trabas a las empresas y elevar cotizaciones e impuestos, que es justo lo que está provocando el deterioro del mercado de trabajo.
Con una economía en franca desaceleración, reformar el mercado de trabajo, elevar las cotizaciones que pagan los empresarios e incrementar los impuestos es prender la mecha. Si el Gobierno socialcomunista aplica la receta de Echenique, el paro volverá a los peores niveles de hace 7 años de manera inexorable y miles de empresas tendrán que cerrar o aplicar fuertes medidas de ajuste. Que al frente del ministerio de Trabajo, en estas circunstancias, se haya colocado a una ministra comunista como Yolanda Díaz no invita al optimismo, sino todo lo contrario. Basta con recordar la receta del nuevo director general de Inspección de Trabajo, Héctor Illueca, para acabar con el paro: que el Estado contrate a todos los desempleados. Es para echarse las manos a la cabeza. Si con estos bueyes hay que arar, que Dios nos coja confesados.