El expolio separatista de Sijena

Lo que está haciendo Salvador Illa con las pinturas de Sijena demuestra que el líder del socialismo catalán es un político separatista más, dado que es fiel a la forma habitual de actuar del secesionismo. El nacionalismo catalán pudo exigir, y consiguió hace unos años, romper la unidad del Archivo de Salamanca. Estuvo durante décadas presionando hasta que consiguió la devolución de los documentos que demandaban. Decían que había que «acabar con un expolio por parte de la España que nos oprime», y crearon una «comisión de la dignidad» que tenía un amplio apoyo por parte del separatismo y la izquierda, que en Cataluña son lo mismo.
Pero cuando es la Generalitat de Cataluña la que tiene que dar fin a un expolio cultural, la apropiación de las pinturas aragonesas de Sijena que el nacionalismo exhibe como un botín de guerra en el MNAC barcelonés, entonces se niega y se escuda en sus ‘técnicos de guardia’ para negarse. Cuando les conviene a los separatistas lo que digan los técnicos es importante – pinturas de Sijena – y cuándo no les sirve – Archivo de Salamanca – les niega toda la legitimidad. Es la ley del embudo secesionista que tantas veces hemos visto: «Lo mío es mío, y lo tuyo también es mío». Lo mismo sirve para no devolver el dinero del FLA, para pedir más ingresos para que TV3 tenga sus 380 millones de presupuesto o aumentar el número de los bien pagados y muy politizados Mossos d’Esquadra o para no acatar las sentencias judiciales.
El Gobierno de Aragón tiene razón: el Tribunal Supremo ha dictado que las pinturas de Sijena han de volver a esta comunidad autónoma, y no hay que buscar excusas ‘técnicas’, tal y cómo hace Salvador Illa para intentar dilatar la entrega. Si en 1936, con una tecnología rudimentaria, se pudieron trasladar a Cataluña, en 2025 no hay ningún motivo ‘técnico’ para que no vuelvan a Sijena. Si no se hace es porque el PSC se niega, para mostrar su adhesión al separatismo que ha convertido esta cuestión en una nueva campaña de propaganda para demostrar que «España roba a Cataluña» porque «Cataluña salvó a las pinturas y por eso nos las quedamos para siempre».
Si Salvador Illa quiere demostrar que no es un Quim Torra o un Carles Puigdemont más, debería acatar la sentencia judicial, no buscar excusas y devolver las pinturas de Sijena de manera inmediata. No sirve de nada dar la mano al Rey, celebrar la Conferencia de Presidentes en Barcelona o ir a los actos del Día de la Constitución si a la hora de la verdad Illa actúa como sus antecesores de ERC y Junts. Ha de cumplir la ley que juró respetar. Sin excusas. Pero Illa quiere robar votos a Junts y ERC por su flanco más moderado, convirtiéndose en el voto útil del secesionismo, y ser así el ‘hereu’ de Jordi Pujol. Así que el líder del PSC hará con la sentencia de Sijena lo mismo que con la sentencia del 25% de asignaturas en español en la escuela catalana: burlar a la Justicia. De momento PSC, Junts, ERC, Comuns, CUP y Aliança Catalana han aprobado una moción en el Parlament para que la Generalitat tome todas las medidas legales oportunas para evitar el traslado. El socialismo catalán y sus aliados han vuelto a quedar retratados.