Este Gobierno no es capaz ni de contar a los muertos

Este Gobierno no es capaz ni de contar a los muertos
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Actualmente, sólo se contabilizan como víctimas mortales por coronavirus aquellas personas que dieron previamente positivo en los test. Es decir, todas aquellas personas que han muerto por la enfermedad, si no se les realizó la prueba, no computan a efectos oficiales. Y como están prohibidas las autopsias, un gran número de fallecimientos por el coronavirus ha desaparecido de las listas que ofrece el Gobierno. Cómo será el caos que el Ejecutivo ha instado a  los registros civiles a que faciliten la información de las licencias de enterramiento desde el 14 de marzo. Sólo en Castilla- La Mancha, las evidencias de que el registro oficial infravalora las muertes son apabullantes. Las licencias de enterramiento en Castilla-La Mancha casi triplican los datos oficiales durante el mes de marzo. La diferencia en esta Comunidad asciende asciende a 1.344, pero el porcentaje es similar en otros territorios.

La pregunta de cuántos muertos reales -los confirmados son 14.673- ha provocado el coronavirus en España es, hoy por hoy, imposible de responder, si bien el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos IIIl  sugiere que entre el 16 de marzo y el 6 de abril murieron 3.320 personas más que las que constan en  los balances diarios sobre el coronovirus que ofrece el Ministerio de Sanidad. Las discrepancias entre los datos proporcionados por este sistema -que analiza las desviaciones de mortalidad sobre las series históricas- y las cifras oficiales son evidentes en algunas Comunidades.

En los últimos días han arreciado las críticas por el cómputo de fallecimientos que sigue el Gobierno y que únicamente registra como víctimas a aquellas con coronavirus confirmado. Eso lleva a una infravaloración del impacto de la pandemia. Es inaceptable que a estas alturas no sepamos aún cuántas personas han muerto a causa del coronavirus. Las estadísticas del Gobierno ignoran a miles de seres humanos. Han fallecido por la enfermedad, pero a efectos oficiales no cuentan. Un olvido inaceptable fruto de la caótica gestión de un Ejecutivo que no es capaz ni de poner nombre y apellido a los muertos. ¿Se acuerdan del Yak-42?

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