En ERC han demostrado que son unos miserables

En ERC han demostrado que son unos miserables

Los dirigentes de Esquerra Republicana, a los que parte de la izquierda española han querido vender como los independentistas “sensatos” frente a los “radicales” de Carles Puigdemont, han demostrado durante la pandemia del coronavirus que son unos miserables. Han seguido la estela de Quim Torra, que ha utilizado la crisis sanitaria para intentar sembrar mal rollo entre los catalanes y el resto de españoles, y no han respetado ni a los enfermos, ni a los muertos.

¿Recuerdan cuándo Gabriel Rufián intentó dar lecciones de ‘sensatez’ en el Congreso a PSOE y Podemos durante la primera investidura fallida de Pedro Sánchez? Sus correligionarios, o mejor dicho sus “jefes”, porque el chico de la impresora no pinta nada en Esquerra salvo el llevar los cafés, han demostrado la ‘sensatez’ que campa en sus filas. La consejera de Salud de la Generalitat, Alba Vergés, ha despreciado durante semanas la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias para desinfectar residencias de ancianos, o montar hospitales de campaña.

Que Cataluña sea uno de los focos más importantes de la epidemia a nivel mundial no ha servido para que esta fanática separatista aceptara de buen grado la ayuda del Ejército. Como en ERC, y en JxCAT, se piensan que Cataluña es “suya” no les ha importado perjudicar a toda la población de esta comunidad autónoma, sean secesionistas o constitucionalistas. Esta es la misma consejera que ha paralizado la puesta en marcha de un hospital de campaña en la localidad barcelonesa de Sabadell porque le parecía “demasiado militar”. Que los afectados por el covid-19 de esta población agradecerían tenerlo acabado cuanto antes le debe importar un carajo.

El consejero de Trabajo y Asuntos Sociales, Chakir El Homrani, también de ERC, ha dado durante días con cuentagotas los permisos a la UME para que desinfectara y dieran apoyo a las residencias de ancianos. A este departamento le importó un bledo que docenas de directores de estos centros hubieran pedido ayuda a los militares ante la rápida extensión de la pandemia entre los más mayores. El Govern, y no solo esta consejería, no fue diligente en ayudarlos, tenía cosas más importantes que hacer, como maquillar las cifras de muertos e infectados y echar la culpa a “Madrid” de la infección. Y al Gobierno de España, por supuesto.

Eso sí, los abuelos caían como moscas mientras el personal sanitario que atendía estos centros se infectaban a docenas por no tener el equipamiento de protección adecuado. El dinero para estos fines el Govern se lo gastaba en “embajadas” y en TV3. El grupo municipal de Esquerra en Sabadell protestó airadamente porque la UME desinfectó una residencia de ancianos en esta localidad, a instancias de la alcaldesa. Y el portavoz republicano en la localidad barcelonesa de Mollet, Oriol López, comparó en un tuit la presencia de la UME en la ciudad para tareas de desinfección con las tropas de Franco: “El 1 de abril de 1939 este comunicado del fin de la guerra de Franco. El 1 de abril de 2020 tenemos el ejército paseándose por Mollet para demostrar que todavía están allí. Lamentable”.

Oriol Junqueras ha intentado aprovechar la epidemia para abandonar la prisión y pasar el confinamiento en su domicilio. Mientras miles de presos, que habían cometido delitos menos graves y con menos pena de prisión, han de pasar la epidemia en sus celdas, el líder de ERC, gracias a que la consejera de Justicia, Ester Capella, es de su partido, ha intentado escaparse a su condena. Si el Tribunal Supremo no se hubiera plantado, y hubiera amenazado con acusar de prevaricación a los funcionarios que se prestaran a esta siniestra operación, Junqueras ya estaría en su casa. Y con él, el resto de políticos y dirigentes secesionistas. Por supuesto, Esquerra y sus satélites han puesto a parir al Alto Tribunal. De su miseria moral por intentar usar una emergencia sanitaria para burlar la justicia, no han dicho nada.

Estos son los ‘socios’ de gobernabilidad de Pedro Sánchez. Si el PSOE quiere conservar un mínimo de dignidad debería mandarles a paseo ya mismo. No se puede pactar, ni negociar, con los que usan los féretros de españoles muertos en una epidemia para conseguir sus fines de ruptura del país.

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