La derecha más estúpida
A finales del año 1974, aún no había muerto Franco, Manuel Fraga pronunció una de esas frases que exhibían su extraordinaria visión estratégica: «España no se puede gobernar desde la derecha ni desde la izquierda, hay que gobernarla desde el centro». Se refería entonces a la necesidad de que España iniciase un proceso reformista que condujese a nuestro país a la senda de las democracias europeas. Años más tarde, hacía lo propio con la derecha española. Fundó el Partido Popular como casa común de todas las facciones de la derecha y como la única opción de poder arrancar al PSOE la hegemonía de gobierno. Un acierto que hizo añicos el techo de cristal de la derecha y posibilitó la llegada de Aznar a la presidencia del Gobierno en el año 1996. Se rompía así el tabú del franquismo político en favor de una derecha moderna y europea.
Y llegó Rajoy. Poco dado a la acción y atenazado por el miedo a las consecuencias que le podía acarrear la corrupción, abdicó de sus responsabilidades como presidente del Partido Popular. Se encerró en una presidencia del Gobierno subcontratada a altos funcionarios del Estado, sin timón ideológico y sin contrapesos políticos. El centro-derecha perdía así 15 años en el desarrollo de su pensamiento político mientras la frustración se diseminaba, como una sepsis, entre una parte de sus votantes. En los años en los que el PP dormía el sueño de Rajoy, ausente de la batalla ideológica, en España se ha desplazado el centro político hacia la izquierda.
Era cuestión de tiempo que apareciera Vox o algo parecido: el cabreo hecho siglas. El silencio ha dado paso a una verborrea inflamada que, en un panorama mediático desolador para la derecha, sólo sirve a la caricaturización o indignación (según convenga) programada por la izquierda. Es indiscutible que el actual presidente del Gobierno lo es por la fragmentación en la derecha y la agitación de las dos Españas. Y, claro está, Vox es su juguetito.
El próximo 10 de noviembre no ganará Pedro Sánchez, perderá el centro-derecha en la actitud más estúpida de la reciente historia democrática. Sánchez obtendrá una victoria pírrica, o no, pero crucial ante los acontecimientos que se han iniciado en España y que se van a desarrollar en los próximos años. Y, mientras todo ocurre, el centro-derecha involuciona 30 años.