Del “engagement” y otros demonios

Ruptura

Del “engagement” y otros demonios.

 No se que pasa en 2022, pero desde el uno de enero no hay día en que no se anuncie la ruptura de una pareja de famosos y aspirantes al postureo nacional.

Revisando en internet, tan solo en España, han roto más de 45 parejas de celebritys,  y a nivel internacional la lista es por supuesto bastante más larga.

Sin embargo, me gustaría subrayar el patrón de actuación que se repite en muchos de los llamados “influencers”, protagonistas de estas situaciones.

  1. Salta el escándalo en un medio de comunicación o en redes.

Por supuesto, como ellos han utilizado este medio como forma de vida, es el mismo medio quien los lleva a la palestra pública a través de un vídeo o unas fotos.

  1. Los afectados no quieren dar explicaciones.

Los programas de cotilleo y los paparazzis no paran de seguirles para exigirles una explicación. Normal, si vives exhibiendo tu vida en el día a día, ¿por qué no hacerlo ahora?

  1. Dejan de publicar en Instagram.

Dejamos de ver a diario las selfies, bailes, o recomendaciones de productos para adelgazar -por ejemplo-, para pasar aun silencio absoluto.

  1. Hacen un comunicado en redes.

Explicando que el amor y el respeto sigue intacto, pero que cada uno tomará un camino diferente, mientas se insultan en los juzgados

  1. Dejan de seguirse en redes. 
  1. Exigen privacidad y respeto a sus vidas.

Y este último punto es el que me gustaría analizar con más calma, porque creo que ante tanto chismorreo en redes sociales, estamos perdiendo de vista temas que debemos analizar a nivel humano.

  • ¿Es ético que una persona que se gana la vida vendiendo su privacidad, exija que los que le siguen respeten esa privacidad?
  • Al aceptar vender tu vida en redes, y convertir tu intimidad en algo público, ¿no deberías también tener en cuenta que la perdida de privacidad es una consecuencia de tu trabajo?
  • ¿Es moral exhibir tu vida y cobrar por ello?
  • ¿Qué se gana cuando se pierde la intimidad?

¿Por qué estos “influencers”, que todos los días están publicando fotos de ellos (hasta en ropa interior), de sus hijos, de su pareja, del restaurante donde comen, de cómo se visten – y ésta es justamente la razón por la cual tienen seguidores -, se extrañan de que las personas también quieran estar enterados de otras situaciones que puedan ser menos “exhibibles”??

Si te metes en una vitrina digital, como lo es Instagram que nunca se cierra, y decides hacer de tu vida un espectáculo, por el que cobras una entrada (followers), no puedes pretender dar el show incompleto.

Ahora bien, es cierto que este fenómeno no existiría si no hubiera personas que consumieran este tipo de contenidos. Programas como “Ya es verano” o “Sálvame”, en muchas ocasiones llegan a tener más audiencia que los telediarios.

Lo gracioso es que mientas algunas personas son capaces de pasar cuatro horas frente a la tele sufriendo por la vida de Tamara Falcó, son incapaces de empatizar con sus vecinos o sus propios familiares. Nos interesa la vida de las personas, pero no la de cualquiera.

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