PRIMERA LÍNEA

La cofia de Armengol no se parece a una diadema

La cofia de Armengol no se parece a una diadema
La cofia de Armengol no se parece a una diadema

Una encuesta reciente en el periódico digital, El Debate, una vez el Rey Juan Carlos I se ha plantado ante las presiones de Moncloa, preguntaba a sus lectores si estaban de acuerdo con que el emérito acuda al funeral de su prima Isabel II. La respuesta: SÍ el 98,47%, NO el 1,53%. Un resultado, demoledor, porque viene a incidir en el hartazgo masivo ante continuadas muestras de intolerancia por parte de la extrema izquierda, PSOE incluido.

Cierto es que los apoyos a la monarquía en España por regla general no han superado el 75% en sus mejores momentos, pero también lo es que viene a reflejar la extraordinaria cohesión de un sector de la población, que ya no se deja manipular por los medios de comunicación directamente sumisos a la extrema izquierda en el poder, aquí Més, Podemos y PSIB, porque aquí los hay también apesebrados. ¿Debo mencionarlos? Un titular, de esa prensa apesebrada: Sánchez se plantea si ir o no al funeral ante la presencia del Rey Juan Carlos I.

Ojalá no vaya –sería un órdago extremadamente en su contra- porque entonces la foto fija ante el mundo sería que, en Londres, está representada la monarquía parlamentaria que define a España, mais rien de rien l’extrême gauche, que en mis tiempos era idioma diplomático.

Viene a cuento comentarlo aquí, puesto que los últimos 50 años ha pasado los veranos entre nosotros la Familia Real, sintiéndose nuestros vecinos, y también aquí un amplio sector de los mallorquines está hasta los cojones (perdón por la expresión) del sectarismo enfermizo de la extrema izquierda.

Por eso es tan importante plantarles cara, como acaba de hacerlo Cayetana Álvarez de Toledo con este tuit: «Nadie encarna mejor que Felipe VI los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad». Ha molestado, y mucho, a l’extrême gauche que ha acabado rasgándose las vestiduras por el otro tuit de la diputada del PP por Barcelona: «La monarquía parlamentaria sobrevive. Un rey abdicó y llegó otro extraordinario, que mantuvo el orden constitucional en Cataluña».

Qué pena que el PP haya prescindido de sus activos más beligerantes. No todos, claro está, puesto que Isabel Díaz Ayuso continúa siendo un icono, al parecer incombustible, según las encuestas que ya le dan mayoría absoluta en Madrid ¡y con Podemos fuera del mapa! Lo mismo que debería ocurrir entre nosotros, aunque por defecto atendiendo a que no repetirá candidatura Juan Pedro Yllanes, acorralado por la sospecha de corrupción en su departamento y que investiga el Parlamento Europeo.

Se ha postulado la virgen inmaculada de los morados. Yllanes incluso me cae bien, al verle regularmente en conciertos de música clásica; algo que no ocurre con la analfabeta funcional Francina Armengol, que parece sentirse más a gusto en el Hat Bar y en horario ilegal. Pero lo que ya no me parece nada bien es que Antònia Jover, coordinadora podemita en las Islas, decida saltarse los controles democráticos de estos antisistema y se proclame a sí misma candidata suprema y supremacista en las elecciones de mayo 2023.

Que desaparezca Podemos dependerá del empuje de Marga Prohens, líder del PP en Baleares. Si bien es cierto que en los últimos 40 años han ganado a pulso la consideración de reinos de taifas las autonomías, hay momentos en que esta categoría adquiere carácter extraordinario, como ha ocurrido con esta lúcida intervención de Díaz Ayuso: «Sánchez dijo vamos a por todo y yo le respondo, todo menos la comunidad de Madrid».

Luminosa apreciación que convierte las autonomías extraordinariamente en contrapesos del poder ejercitándose en sus competencias transferidas. Algo en lo que debería ejercitarse Marga Prohens y tenemos un caso bastante reciente: la gratuidad de las escoletas de 2 a 3 años en el presente curso escolar.

En un principio Francina Armengol se cerró en banda, por entender que era un asunto «anticuado» y ante las críticas se puso la cofia, a modo de tiara, para anunciar con solemnidad la gratuidad de las escoletas. Lo que no dijo es que solamente tendrá vigencia en horas y tiempo limitados y solamente contempladas las públicas, acaso también las concertadas. En absoluto las privadas que acogen al 70% de los niños y no añadiré el inclusivo niñas por gramaticalmente innecesario. Es más: los corifeos (es decir seguidores o partidarios de la extrema izquierda) fueron en comandita y se apresuraron a decir que el PP, en el inmediato pasado, no apostó por la gratuidad y se quedaron tan anchos. Lo incomprensible es que el PP se quedase noqueado, sin dar respuesta a esa interesada intoxicación. ¿Estaba Prohens al tanto o simplemente en fuera de juego? Le recordaré entonces el titular de esta casa: El decreto estrella de Armengol sobre la gratuidad de las escoletas deja fuera al 70% de los niños de 2 a 3 años.

¿De verdad que en Baleares el hecho de que los niños de 2 a 3 años vayan a escoletas privadas significa que nuestro poder adquisitivo alcanza niveles óptimos? ¿Pero no habíamos quedado en que la riqueza está concentrada y el grueso de la población, la gente, sobrevive día tras día a sus penurias?

Total, regreso al emérito. Con pleno derecho a viajar de Abu Dabi a donde le venga en gana, puesto que técnicamente está exiliado por imposición de la extrema izquierda. De España, quiero decir. En Londres, sin ir más lejos, no tiene jurisprudencia Su Sanchidad, que mejor hará quedándose en casa y dejar que el Falcon y todo lo demás pasen la revisión para que pueda seguir ejercitándose en su condición de nuevo rico hortera hasta que el español de a pie descubra que el personaje es un fantoche (o sea una persona grotesca y desdeñable o sujeto neciamente presumido) y le mande de una vez a casa.

Lo mismo que a Francina Armengol en mayo de 2023. ¿Sabrá hacerlo bien Marga Prohens? Confiemos en que así sea. Buena falta nos hace.

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