Caudillo Sánchez: la Ley de Secretos Oficiales deja en pañales la de Franco

Ley de secretos

La nueva Ley de Secretos Oficiales que se ha sacado de la manga Pedro Sánchez bajo el nombre de Ley de Información Clasificada es un atentado en toda regla contra la transparencia y deja en pañales la franquista Ley de Secretos Oficiales de 1968. Sánchez se escudará en la nueva norma para no facilitar información alguna sobre sus desplazamientos en Falcon, al considerarlos un secreto de Estado. O sea, apagón en toda regla bajo la excusa de que está en juego la seguridad del presidente.

Cómo será la cosa que el CGPJ se mostrará en contra de la ley al considerar que deja la clasificación de materia reservada a la subjetividad de las autoridades. O sea, que todo puede ser materia reservada para que el Gobierno no tenga que informar de nada que no le convenga. El texto sólo prevé plazos de desclasificación automática para la documentación que se clasifique una vez la nueva norma entre en vigor. Esos plazos van desde los cuatro años a los 50 -ampliables hasta los 65-, para la documentación en la categoría de «Alto Secreto». Pero, ¿qué ocurre con aquella información que ahora ya está clasificada? La disposición transitoria aclara que «el procedimiento de desclasificación de esta información podrá ser iniciado de oficio o a petición razonada de persona directamente afectada». Es decir, en la práctica, quedará en manos de las autoridades -el Consejo de Ministros- o del juez, siempre y cuando una persona acredite un interés legítimo, algo muy complicado en casos como el Falcon, porque la persona que solicite la desclasificación de una determinada materia podrá encontrarse con la siguiente respuesta: «El asunto por el que usted pregunta es materia reservada». Y santas pascuas.

Pedro Sánchez se ha hecho una ley a su medida para no tener que dar explicaciones a nadie. Y lo ha hecho, además, con chulería. ¡Quiénes son los españoles para pedirle cuentas sobre el uso del Falcon!

Lo último en Opinión

Últimas noticias