Cataluña nos roba

Puigdemont

El cínico Gobierno de Sánchez simula no saber nada sobre la sorprendente desaparición de Puigdemont en el acto frente al Arc del Triomf, antes de la sesión de investidura de Salvador Illa en el Parlament. Cómo no iban a saberlo si todo estaba pactado, por mucho que lo nieguen Bolaños y Marlaska. ¿O acaso no viajaron a Suiza los tres para planear el escándalo con el propio prófugo? No olvidemos que Sánchez sueña con tener atados los votos de Junts para que esta legislatura dure otro trienio. Flipar en Moncloa vale la trampa. Mayores obscenidades hace y ahí sigue el déspota.

Kiko Matamoros se pregunta: «¿Puede haber alguien con medio dedo de frente que se crea que todo esto no estaba más que pactado? Somos la democracia más ridícula del mundo, gracias a unos políticos corrompidos hasta el tuétano. Lo más grande es que Puigdemont es la pata que sostiene al gobierno del progreso. El alcance de este vodevil nos lo va a dar la intervención de Junts en el parlamento. Pase lo que pase hoy, estamos ante una de las páginas más tristes y patéticas de la historia de la democracia en España. Ya no hay vuelta atrás. El equipo de información sincronizada demoniza, responsabiliza a Puigdemont y a los Mossos. Sois unos sinvergüenzas serviles sin parangón en la historia del periodismo universal. CATALUÑA NOS ROBA», resumió en un tuit. (Esa es la gran verdad).

El escritor Arturo Pérez-Reverte ha firmado con sólo tres palabras su reacción después de que dicho prófugo burlase a los Mossos tras dar un discurso en pleno centro de Barcelona: «Mortadelo y Puigdemont». No se conoce su paradero actual, pues cuando se esconde no hay quien lo encuentre, es un reo a la fuga. 

Puigdemont se ha reído del estúpido Sánchez y lo ha doblegado a sus intenciones. Ha hecho con él y con Illa, otro lerdo, lo que le da la gana, es un experto en la doma de gansos. La prensa internacional habla de la entrega de los débiles a los deseos de los separatistas para conservar el poder. Sánchez ha caído como una piedra en la cotización de la bolsa de la UE. Ya sólo le queda Begoña para darle una alegría.

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