Catalanes, Sánchez premia a vuestros abusadores
No voy a perder el tiempo hablando de la gran cara dura y cinismo de Pedro Sánchez. Pero, puñetas, decir que eliminar el delito de sedición «mejorará nuestra convivencia» es ya el acabose. Para empezar, la única convivencia que se mejorará será la de ellos con quienes dependen políticamente. Con los golpistas con los que cohabitan, los grandes abusadores de los catalanes que aguantan la antorcha de la democracia y de la ley.
¿Nuestra convivencia? Para empezar les importamos menos que nada. Si no les han preocupado las agresiones que hemos sufrido los constitucionalistas durante decenas de años, que convivamos más a gusto entre nosotros es que ni se lo plantean. Somos los españolistas, la escoria. No tenemos ni sentimientos ni derechos. Pues ya está. ¿Cuándo le ha importado la convivencia en Cataluña al PSOE o mejor al PSC? Como dice un amigo, Santi Ledesma: «¿Por qué no bajamos las penas a los delitos contra la salud pública cómo forma de mejorar la convivencia en el campo de Gibraltar?».
Pues eso. Ha sido un pacto secreto con ERC firmado desde el pasado verano que va a incluir la eliminación del delito de malversación. Usted y yo a pagar todas las multas. Y que no se nos ocurra pasar de alguna, que podemos morir sepultados por los recargos. O en la cárcel. Y esos tipos que nos han arruinado precisamente la convivencia, que nos han empobrecido, que han hecho huir a nuestras empresas más importantes, que nos han abochornado (y nos van a abochornar más, que esto sigue) con conexiones con rusos de dudosa reputación (si es que queda algún ruso con buena reputación), no les van a tocar ni un euro.
Estos sujetos han conseguido lo que han querido. Han tenido la amnistía en dos tiempos: primero, con el indulto, y ahora, con la supresión del delito de sedición. Y se beneficiarán el resto de delincuentes: golpistillos de segunda fila y muy cercanos al exvicepresidente de la Generalitat. PSOE y ERC están creando un bonito marco de colaboración permanente en Madrid y Cataluña, con Bildu también presente. Y España que trague. Quizá eso dé votos al PSC en Cataluña y compense un poco la debacle en Andalucía. Vamos, seguro. Yo siempre he dicho que los votantes del PSC en Cataluña son aún peores que los votantes independentistas. El colaboracionismo, por lo que tiene de carroñero con plena conciencia de la injusticia, es una enfermedad muy de un tipo de electorado de aquí. La idea es que la gente se olvidará en unas semanas. Los consejeros del gobierno opinan que todo lo que podía costarle al sanchismo su política en Cataluña ya está amortizado. Y que lo de la sedición no les hará más daño que unos indultos que ya olvidaron.
No lo consintamos. ¿Qué nos va a quedar? El Gobierno está desmontando las herramientas que sirvieron para abortar la insurrección en Cataluña. ¿Cómo va a juzgar el Tribunal de Derechos Humanos de la UE el asunto, si hasta el Gobierno español lo suprime?
Ustedes saben que este atropello no va a servir ni para «desinflamar» ni para «distendir» como aseguraba Pedrisco -como le llama mi amigo Paco Sosa Wagner- este pasado domingo en La Vanguardia. La supresión de la sedición no es la solución sino la cronificación del conflicto. Por su lado y, desde luego, por el nuestro. ¡Qué manera de bajarse los pantalones a costa nuestra! Junqueras celebró este viernes con gran alegría el haber obligado al gobierno a envainársela. Más que al gobierno: ¡a España! Y le ha faltado tiempo para irse a América Latina a denunciar la “represión del Estado español”. Qué agradecido.
No nos lamentemos: está en su naturaleza.