Aviso de Feijóo a sus conmilitones

Aviso de Feijóo a sus conmilitones

Tras el acto de acoso y derribo en el Senado –no se ha puesto en valor la imparcialidad de un tal Gil (Ander), aunque es de Burgos-, Alberto Núñez Feijóo se ha percatado, finalmente, de que se ha convertido en la pieza mayor a batir.

El resultado de dicho encontronazo se administra y analiza según los barrios. Algo normal por estos lares repletos de trincheras y deambular con orejeras. En este contexto político, resulta especialmente relevante el aviso dado, al parecer, por el comandante en jefe a sus conmilitones en la dirección popular. Bajar el entusiasmo, incluso, la euforia.

Me atrevería a escribir algo obvio. La clave para el aspirante a dirigir ejecutivamente España se encontrará en el resultado de las elecciones municipales y autonómicas de la próxima primavera. A partir de ahí, se iniciará un camino sin posibilidad de retorno. Esa partida está por jugarse.

Tengo para mí que la situación de decrepitud económica/social que vive España –no parece que haya esperanza de mejora a corto y medio plazo, más bien al contrario- juega a favor de la alternativa (algo normal en democracia liberal), pero hay otros elementos a tener en cuenta. Desde mi modesto punto de vista –en base a la experiencia de un observador que peina canas- el principal reto del Feijóo team hoy y en los próximos meses está en eso tan etéreo que hemos convenido en llamar la “comunicación”. Capítulo en el que fracasaron estrepitosamente José María Aznar y Mariano Rajoy y no digamos Pablo Casado. Lo que se está viendo después del episodio del Senado no coadyuva al optimismo desde el punto de vista popular.

Feijóo, experimentado, realista y galaico, acierta cuando advierte a sus mesnadas del error que supondría poner a repicar las campanas cuando la procesión no ha sacado en andas al santo patrón y el pueblo no ha firmado la sentencia inapelable.

Lo último en Opinión

Últimas noticias