¿Amnistía a los policías? No, medallas
No podemos comprar el marco mental que quiere crear el Gobierno de Pedro Sánchez y sus más que numerosos aliados mediáticos para justificar la impresentable amnistía que están mercadeando con los golpistas y sus cómplices a cambio de sus votos para la investidura. Nos intentan vender que es una amnistía «justa» porque también se aplicaría a los policías y guardias civiles encausados por las cargas del 1 de octubre de 2017 en Cataluña. Y los separatistas socios de Sánchez interpretan a la perfección su papel al pedir que no se perdone a los agentes del orden, para que el Gobierno quede como «imparcial», como si realmente estuviera «en medio» de unos y otros.
Pero no. Es una trampa infame, tan infame como Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, Salvador Illa y todos los que están dispuestos a regalar la impunidad a los separatistas para que socialistas y populistas sigan gobernando. A los policías y guardias civiles que participaron en las cargas del 1 de Octubre no hay que amnistiarles, hay que condecorarles, porque cumplieron con su deber. Defendieron el orden constitucional, y cumplieron una decisión judicial, frente a los cómplices del golpe de Estado que querían acabar con los derechos civiles de millones de catalanes no secesionistas.
Estos agentes de la autoridad son héroes que actuaron como pudieron frente a unos radicales hostiles que les atacaron con mucho odio. A pesar de la cobardía del Gobierno de Rajoy, que nunca hizo públicas las imágenes de las cámaras de los policías que demostraban las agresiones que sufrieron, durante la jornada del 1 de octubre se filtraron unos cuantos vídeos en los que se comprobaba como radicales separatistas apedreaban y atacaban con saña y mucho odio a vehículos y agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.
Los agentes del CNP y la Guardia Civil actuaron vendidos por culpa de unos Mossos d’Esquadra cuyos mandos colaboraron en la votación ilegal. La policía autonómica permitió que los radicales separatistas ocuparan en las horas previas los colegios que luego usaron como locales electorales y no hizo nada para desalojarles, siguiendo indicaciones de sus superiores, muchos de ellos separatistas. Al contrario, son abundantes los vídeos e imágenes con agentes de la policía autonómica sonriendo ante la presencia de las urnas de la consulta ilegal. ¿Y tenemos que «amnistiar» a los policías que se partieron la cara por defender la Constitución y equipararles contra los que querían eliminar el Estado de Derecho en Cataluña?
No. Y mil veces no. Ni amnistía, ni ningún enjuague similar. Ni para los policías del CNP y los agentes de la Guardia Civil que merecen una medalla, ni para los acusados y condenados por intentar acabar con la democracia en España. Pedro Sánchez no tiene escrúpulos, tal y como se empeña en demostrar a diario, pero no tenemos por qué seguir su senda de miseria moral. Los españoles que todavía creemos que España ha de seguir siendo una democracia hemos de oponernos con todas nuestras fuerzas, con todos los argumentos y herramientas legales a nuestro alcance, para defender nuestro Estado de derecho frente a un Gobierno dispuesto a convertir España en una tierra sin ley simplemente para mantener el poder. Nos jugamos el futuro de nuestro país y nuestra condición de ciudadanos libres. Un Gobierno que ha escogido como socios permanentes a partidos supremacistas y totalitarios solo puede acabar cercenando las libertades de todos.