‘Los amantes pasajeros’ de Pedro Sánchez

Sánchez Almodóvar
Paula M. Gonzálvez

Nada es lo que parece ni nadie es quien dice ser y los artistas, principalmente los actores, llevan en la sangre lo de jugar a ser otro. Es lo que ocurre con parte de la gente del mundo de la Cultura, que cuando sale en bloque a defender a un Gobierno de izquierdas lo hace siempre con los mismos jugadores. «En bloque», en este caso, se refiere a un centenar de personas de entre cerca de 37,5 millones de españoles que pueden votar.

Los firmantes del manifiesto en defensa de un Gobierno, el de Pedro Sánchez, contra el que «las derechas» han puesto en marcha una «conspiración para derribarlo» son, en efecto, los que todos pueden imaginar. No es ninguna casualidad que cualquier ciudadano con unas nociones mínimas sobre las personalidades de la Cultura sepa que encontrará en esa lista a Pedro y Agustín Almodóvar, Ana Belén, Rosa Montero, Carlos Bardem o Luis García Montero, entre otros.

Todos estos intelectuales que apoyan la teoría de «la conspiración» ejercida por «Peinado», «Ayuso» o «los jueces» -como ha mencionado Rosa Villacastín en televisión- argumentan que este Gobierno «mejora la vida de la ciudadanía». Pero lo afirman personas a los que la realidad de la ciudadanía les queda muy lejos.

Estos grupos -llámense actores de la ceja o los amantes pasajeros de Sánchez- coinciden siempre con la élite de la Cultura, una burbuja pedante que saca a pasear su clasismo cuando no hay público. Y son ellos, un centenar de ciudadanos de un país con más de 48 millones, los que alzan la voz en defensa de la ciudadanía a la que Sánchez, supuestamente, ha mejorado la vida.

Año tras año la gala de los Goya se convierte en un evento con muchas reclamaciones, y entre ellas siempre está la de la cantidad de profesionales de la industria del cine que no puede trabajar de lo suyo, tal y como expresan quienes se autodefinen, al recoger el premio, como los «privilegiados» que comen de su oficio. ¿Es esa la ciudadanía a la que mejora la vida este Gobierno? ¿O se refieren a la ciudadanía quemada por los impuestos que dan recaudaciones nunca vistas a Hacienda? ¿O a quienes se dejan una nómina que no sube en una cesta de la compra cada vez más cara?

Pero qué van a decir esos privilegiados de la Cultura que viven de lo suyo, si desde esa soberbia de quienes entienden que sólo ellos pueden educar con sus proyectos a los ignorantes espectadores que no van a las salas, dan siempre lecciones con muestras de superioridad moral.

¿Son estos intelectuales los que de verdad saben cómo mejora la vida de la ciudadanía un gobierno? ¿O es el también firmante Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, esa organización pública que depende del Ministerio de Exteriores y que recientemente ha sido relegada en Europa, justo cuando José Manuel Albares ha priorizado por encima de todo el reconocimiento del catalán, el vasco y el gallego como lenguas oficiales europeas? Ahora será un centro belga el que enseñará español en las instituciones de la UE. Una mejora más para la ciudadanía de Sánchez, o sólo para sus amantes pasajeros.

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