Algún día rendiréis cuenta a vuestros propios hijos
Nunca me plantee parar el 8M. No tengo mejor forma de demostrar que soy imparable que trabajando incansablemente. No encuentro mejor forma de demostrármelo que no bajando los brazos ante un enemigo inventado. Que arrollar con mi esfuerzo y con mi mérito para lograr que el mío esté a la altura del resto. No encuentro mejor forma de demostrar que soy imparable. No encuentro mejor forma de parar el maltrato que señalando a las que inducís al miedo o a la paralización en un debate que señalándoos cuando demostráis que la mujer es una pieza frágil y estúpida susceptible de ser homogeneizada con la tiranía de vuestra sutileza. Yo no paro el 8M porque está auspiciada por feministas que, mientras señalan a los hombres que nos han llamado “putas”, olvidan todas las veces que ellas nos lo han llamado a otras con alguna metáfora cobarde.
Me aparto de las mujeres que proscriben la presunción de inocencia de sus compañeros, padres e hijos. Algún día pasarán el bochorno de tener que explicárselo. Yo no paro el 8M porque no sumo fuerzas con mujeres que alguna vez me han quemado en la pira de la plaza pública por el delito literal de “cómplice del maltrato”. Son ellas las que nos levantan la mano cuando nos llaman “alienadas” o “conniventes” por enterrar su mierda marxista. Vaya, que no somos zorras, pero sí una vergüenza para las mujeres. Yo hoy no paro porque no concibo que una mujer pueda llamarse madre sin enfrentarse violentamente contra las fanáticas que, desde la posición del privilegio, del presupuesto público, la administración y de la educación pública quiera rebajar las expectativas de vida de hijos varones a la de una presa linchada por llevar el maltrato en el ADN. Yo sé que evitarlo es lo mínimo que le debo al mío.
No me sumo a la huelga del 8M porque está auspiciada por los dos sindicatos de clase de este país que, mientras persiguen a la empresa privada imponiéndole cuotas, no han tenido una sola mujer en su presidencia y/o secretaría general desde 1888. Sindicatos verticales y campos de nabos dirigidos por “vendeburras” hablando de dignidad femenina. ¿Brecha salarial? ¿Algún medio ha publicado ya cuál es el sueldo de Pepe Álvarez, y la cantidad de liberados sindicales mantenidos por las mujeres que trabajamos y conciliamos la crianza de nuestros hijos? Yo no paro el 8M porque el capitalismo ha sido el mejor mecanismo de desarrollo que nos han permitido convertirnos en mujeres libres. No paro porque hoy lo harán mujeres y políticos que, mientras dicen condenar a los hombres que nos llaman “putas”, las han generado por millones en los países de Europa de Este, Cuba y Venezuela a través del socialismo hegemónico.
Yo hoy no paro porque los expertos de la industria del victimismo que, convierten a Valtonyc y Hassel en víctimas del Estado, y a criminales como Salvador Puig Antich y Rodrigo Lanza en mártir de Tribunal de DDHH, se pasan por el forro los informes del Comité del Niño de Naciones Unidas que han instado a Cuba, régimen socialista contemporáneo, a que tome medidas urgentes para sacar a las niñas del mercado del prostíbulo. Anita Botwin, Ignacio Escolar, Irene Montero, Julia Otero, Iñaki López, y el resto de la progresía mediática: su modelo ideológico ha convertido la prostitución y el tráfico de niñas en piedra angular del tejido productivo de lugares como Moldavia, Albania, Ucrania Rumania y América Latina. No paráis por dignidad, sino porque estáis exhaustas de esconder tanto fracaso.