Los aires acondicionados del Falcon y del Súper Puma

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Los aires acondicionados del Falcon y del Súper Puma

El estilo chulesco y prepotente de Pedro Sánchez se contagia a todo su Gobierno, por eso la malencarada y peor peinada ministra Teresa Ribera, alias Lady Apagón, salió de la reunión en la que la mayoría de las comunidades autónomas le pidieron la retirada o al menos el aplazamiento de la entrada en vigor de su decretazo de chapuza energética, hasta que se estudien los informes técnicos que lo avalen y se consensúe sus medidas con todos los sectores implicados, diciendo que el decreto que no ha negociado con nadie “ni se cambia ni se aplaza” y acusando de antipatriotas a todos los que critican una chapuza que invade competencias de las comunidades autónomas, perjudica al turismo, al comercio y a la restauración y no tiene ninguna utilidad en cuanto a ahorro energético. Un decreto populista impuesto a la manera dictatorial de sus socios chavistas.

En el fondo de la cuestión está la creencia que tienen todos los comunistas de que el ejercicio del poder les faculta para inmiscuirse en las vidas privadas de todos los ciudadanos. Al más puro estilo norcoreano Pedro Sánchez se cree con derecho a autorizarnos a dejar de usar corbata, como durante los estados de alarma nos autorizaba o prohibía salir de casa. Para facilitar una convivencia pacífica en comunidad, los ciudadanos hemos renunciado a muchas libertades individuales y hemos permitido que los gobernantes nos impongan, por ejemplo, la velocidad a la que podemos conducir o los lugares en los que podemos tomar el sol desnudos. Pero un comunista nunca va a tener bastante y siempre va a intentar obligarnos a vivir como él nos diga, a poner los aires acondicionados a la temperatura que él quiera y a apagar las luces de nuestros escaparates cuando a él le dé la gana, para demostrarnos cuanto manda.

El decretazo de chapuza energética de la despeinada ministra Ribera no está avalado por ningún informe técnico que demuestre que con esas absurdas medidas se consiguen los fines deseados. Del mismo modo que tampoco existieron expertos que respaldaran las restricciones a las libertades impuestas para la lucha contra el COVID, el Gobierno actúa por pura improvisación y para aparentar que se hacen cosas, como dice Patxi López respecto de los pactos del PSOE con los proetarras de Bildu. Se pretenden imponer por la fuerza nuevas e inadmisibles restricciones a nuestras libertades sin ningún respaldo científico y sin negociar y ni siquiera escuchar a las autoridades autonómicas que tienen las competencias en estas materias. Sin tener en cuenta las opiniones de los empresarios afectados, que nadie mejor que ellos conocen sus negocios ni están más interesados en ahorrar para la buena marcha de los mismos.

Pero la chulería y la prepotencia de Pedro Sánchez no se queda ahí. Tras anunciar estas nuevas imposiciones liberticidas dirige su presumida forma de andar, braceando a lo Tony Manero en Fiebre del sábado noche, hacia el Audi A8 L de 500 CV, con un consumo medio interurbano de más de 12 litros, que  produce aproximadamente 4,1 kilogramos de CO2 por cada litro de combustible que quema; con el que se desplaza hasta el helicóptero Super Puma que gasta unos 600 litros de queroseno a la hora y vierte kilos de CO2 en la atmósfera como si no hubiera un mañana; que a su vez le lleva hasta el Falcon 900B, que consume una media de 1.200 litros de queroseno a la hora y genera toneladas de gases de efecto invernadero. Y todo ello para desplazarse hasta el palacio de La Mareta en Lanzarote, primero y al Palacio de las Marismillas en Doñana, después. Durante todos estos trayectos en coches de lujo, helicópteros y aviones, así como durante su estancia en los dos palacios públicos, Pedro Sánchez disfrutará de la potencia de sus aires acondicionados a todo lo que dan, demostrando que en las dictaduras bananeras que tanto le gustan, los tiranos como él están por encima de la plebe de la que abusan impunemente.

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