Ada, danos un edificio a todos

ada colau barcelona
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona

El modelo de ciudad que Ada Colau tiene en la cabeza es más propio de una república bananera que de la urbe abierta al mundo, vanguardista y moderna que Barcelona fue a finales del siglo XX. La connivencia de la regidora con los okupas resulta intolerable además de un agravio para el resto de los vecinos que para acceder a una vivienda pública han de inscribirse en el registro de solicitantes. Colau olvida que ahora es primera edil y, por lo tanto, un cargo público al servicio de todos los barceloneses, la hayan votado o no. Las reminiscencias a su activismo le sirvieron para obtener la notoriedad social que la aupó hasta la alcaldía. No obstante, ahora deberían de desaparecer para hacer de su gestión un trabajo eficaz que ayude a los empresarios a generar riqueza en la segunda ciudad más importante de España y una de las referencias económicas y culturales de nuestro país a nivel internacional.

La cesión de cinco inmuebles municipales a los okupas contrasta con la nula voluntad de Colau a la hora de desarrollar el negocio turístico en la ciudad catalana. Mientras hace caso omiso a las denuncias de la oposición al respecto de la ocupación ilegal de estos espacios, se afana en espantar a los hoteleros prorrogando hasta 2017 la suspensión que impide la apertura de nuevos alojamientos turísticos en Barcelona. Un frenazo en seco a más de 35 hoteles, albergues y residencias que supone también un semáforo en rojo para la voluntad inversora tanto nacional como extranjera. Una manera incomprensible de echar al traste miles de puestos de trabajo directos e indirectos y, en general, la creación de prosperidad, algo a lo que la ex dirigente de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca se muestra alérgica.

Una mujer que parece decidida a acabar con uno de los mayores activos que posee Barcelona: el turismo. La capital catalana es, junto con Madrid, el destino preferido por los extranjeros que nos visitan. De hecho, el sector turístico ha sido el que antes y mejor ha conseguido escapar de la crisis en toda España como lo demuestran los 3,7 millones de turistas que llegaron a nuestro país en febrero, un 13,7% más que el año pasado. Algo que Colau desprecia con su comportamiento y que provoca que los barceloneses no puedan aspirar a un mayor bienestar. Mientas tanto, la alcaldesa sigue haciendo la vista gorda ante los ocupantes ilegales que pululan por Barcelona.

Lo último en Opinión

Últimas noticias