Parece inofensivo, pero este diminuto animal viene de las antípodas y es una dañina especie invasora en España
Parece una vulgar trucha, pero es una dañina especie invasora que está totalmente prohibida en España
En Madrid la adoran, pero es una dañina especie invasora que está destruyendo la vegetación nativa de Canarias
Te lo comes en la paella, pero es una especie invasora que está acabando con los ecosistemas marinos españoles

En España hay cerca de 200 especies invasoras. No todas hacen ruido, pero muchas dejan huella. Algunas son peces, otras son plantas, hongos o insectos. Y entre ellas hay una que pasa desapercibida hasta que es demasiado tarde.
Este es el caso de un animal diminuto que es capaz de causar un daño enorme. Originario de Nueva Zelanda y sus islas cercanas, llegó a España hace apenas unos años, probablemente de manera accidental, transportado en aguas de lastre o con mercancías relacionadas con la acuicultura. Por su agresiva capacidad de expansión y colonización, desde 2013 forma parte del catálogo español de especies exóticas invasoras.
Esta es la pequeña especie invasora que amenaza los ecosistemas acuáticos
La especie invasora que muy pocas personas tienen en cuenta es el caracol del cieno, también conocido como caracol del barro o Potamopyrgus antipodarum. A simple vista no llama la atención. Mide entre cinco y diez milímetros, tiene una concha alargada de tonos grises o marrones, a menudo translúcida, con cinco o seis espiras bien marcadas. Algunos ejemplares incluso presentan pequeñas espinas o quillas.
El principal problema de este gasterópodo acuático es su enorme potencial colonizador. Se reproduce con facilidad, incluso sin necesidad de macho, gracias a su capacidad partenogenética. Una sola hembra puede dar lugar a toda una población.
Vive en ríos, lagos, embalses o estuarios, y puede sobrevivir sin problema en agua contaminada, con cambios de temperatura o cuando el fondo está cubierto de limo. Se alimenta de algas, materia vegetal en descomposición, diatomeas y sedimentos, y soporta condiciones donde otras especies nunca podrían.
Hoy ya está presente en zonas de Cantabria, Galicia, Cataluña, Madrid, Murcia, País Vasco, Extremadura y las Islas Baleares. Su avance es constante, especialmente en sistemas acuáticos con actividad humana.
¿Cómo es la amenaza de este caracol invasor en España y qué se está haciendo para detenerlo?
Este caracol no sólo desplaza a especies autóctonas de moluscos, también altera por completo la cadena trófica. Al no ser digerible por muchos peces, bloquea el flujo energético en los ecosistemas. En zonas como Estados Unidos, su impacto en especies como los salmónidos ha sido documentado. En España, aún se está evaluando la magnitud, pero el riesgo es evidente.
A nivel de infraestructuras, sus poblaciones densas obstruyen tuberías, filtros y canales de riego. Puede incluso adherirse al equipamiento pesquero y de acuicultura, favoreciendo su expansión sin que nadie lo note. Y como resiste la desecación y los cambios de salinidad, no hay barrera fácil que lo frene.
Las propuestas actuales para frenarlo se centran en la prevención y el control en puntos críticos. Se recomienda secar y desinfectar los aparejos de pesca tras usarlos, evitar la translocación entre cuencas y fomentar campañas informativas entre pescadores y acuicultores.
En zonas acotadas se estudia el uso de métodos térmicos, químicos o incluso biológicos (como un trematodo originario de su país natal que esteriliza a las hembras), aunque estos enfoques requieren precaución extrema.
Erradicarlo una vez instalado es casi imposible. Por eso, las autoridades insisten: la única defensa real es anticiparse.
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