Perros

Soy veterinaria y esto es lo que opino sobre las personas que duermen con su perro en la cama

Dormir con el perro
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Hoy en día, cada vez son más los dueños que comparten cama con su perro. Pero, ¿qué opinan los veterinarios y los expertos en comportamiento animal sobre esta costumbre? Para muchos, el perro es un miembro más de la familia, y el hecho de dormir con él se percibe como una muestra de afecto. Diversos estudios han mostrado que tanto humanos como perros experimentan una liberación de oxitocina, la «hormona de la felicidad», cuando duermen juntos.

Esto explica por qué muchas personas aseguran sentirse más tranquilas y felices al dormir con su mascota, y por qué algunos perros descansan mejor cuando comparten cama con su dueño. Son sociales por naturaleza y, en el entorno doméstico, la familia humana se convierte en su manada. Por ello, compartir la cama o al menos el dormitorio puede generar seguridad, reducir la ansiedad por separación y mejorar el sueño profundo.

¿Puedes dormir con tu perro en la cama?

Los veterinarios señalan que dormir con un animal implica ciertos riesgo. Aunque un perro sano, vacunado y desparasitado no representa un peligro grave, no deja de ser un portador potencial de bacterias, hongos y parásitos. Algunos parásitos intestinales, como Toxocara canis o Giardia, pueden transmitirse por contacto indirecto con heces o pelo contaminado. También es posible que un perro tenga restos de polvo, polen o ácaros que pueden afectar a personas alérgicas o asmáticas. Por ello, los veterinarios recomiendan mantener una rutina de higiene muy estricta.

Otro aspecto a considerar es el comportamiento del perro según su personalidad y la educación que haya recibido. En animales con un temperamento tranquilo y que no presenten problemas de socialización, no suele haber problemas. Sin embargo, en perros dominantes, inseguros o territoriales, permitirles dormir en la cama puede reforzar comportamientos indeseados.

Asimismo, los etólogos advierten que el acceso al lugar de descanso del líder del grupo se puede interpretar como un privilegio. Si el perro comienza a gruñir cuando se le pide bajar o muestra celos hacia otras personas, la convivencia necesita límites más claros. En estos casos, lo mejor es que el animal duerma en su propia cama, aunque esté en la misma habitación.

Beneficios para la salud mental

Dormir con un perro puede tener efectos positivos sobre la salud mental de las personas. Numerosos estudio han demostrado que la presencia de un animal reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y ayuda a conciliar el sueño. La respiración pausada del animal y su calor corporal contribuyen a crear una atmósfera calmada.

Calidad del sueño

Ahora bien, no todos los estudios coinciden en los beneficios del descanso compartido. Aunque muchas personas se sienten satisfechas durmiendo con sus perros, el descanso puede verse alterado por los movimientos o ronquidos del animal.

Los perros, al tener ciclos de sueño más cortos y ligeros que los humanos, pueden moverse, rascarse o cambiar de posición varias veces por noche. Esto puede afectar a quienes tienen el sueño ligero.

La clave está en el equilibrio

Según los veterinarios, dormir con el perro no es perjudicial siempre que se mantenga la higiene, la educación y los límites adecuados. Es una decisión personal que se debe basar en el bienestar de ambas partes. Si el perro está sano, bien cuidado y muestra un comportamiento tranquilo, no existe ninguna razón para no compartir la cama.

Sin embargo, si el animal tiene problemas de conducta, padece alguna enfermedad contagiosa o el dueño sufre alergias, es preferible optar por una alternativa intermedia: una cama para el perro dentro del dormitorio. Las principales recomendaciones para que ambas partes disfruten de un buen descanso son las siguientes:

  • Llevar al perro al veterinario al menos una vez al año para controles de salud, vacunación y desparasitación.
  • Cepillar el pelaje con frecuencia, lavar las patas después de los paseos y limpiar la ropa de cama semanalmente.
  • Enseñar al perro desde cachorro a respetar los horarios y espacios de sueño.
  • Si se observa incomodidad, jadeo, calor excesivo o agitación en el perro, no hay que forzarlo a dormir en la cama.

En definitiva, dormir o no con el perro es una elección muy personal que debe basarse en el bienestar y la armonía del vínculo humano-animal. Un perro equilibrado, limpio y bien educado puede compartir el descanso sin inconvenientes, siempre que se respeten las necesidades fisiológicas y emocionales de ambos.

«El descanso conjunto no debe verse como una imposición ni como una prueba de amor, sino como un reflejo de la confianza mutua. Si se hace desde la responsabilidad, el cariño y la higiene, compartir la cama puede ser una de las experiencias más reconfortantes de la convivencia con un perro. En definitiva, la opinión es clara: dormir con el perro no es malo, pero debe hacerse con cabeza, cuidado y límites. Lo que realmente importa es que tanto el animal como la persona duerman tranquilos, seguros y felices», comentan los veterinarios.

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