Los síntomas que demuestran que tu perro tiene ansiedad según los veterinarios
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La ansiedad en perros es un trastorno común que afecta su comportamiento, provocando ladridos excesivos, destrucción de objetos y problemas de higiene. Las causas incluyen falta de socialización temprana, haber sufrido abandono o separaciones traumáticas, y pasar demasiado tiempo solo. Los perros que no han aprendido a relacionarse adecuadamente con personas y otros animales desde cachorros son más propensos a desarrollar ansiedad. Identificar los síntomas es crucial: demanda excesiva de atención, hiperactividad, vocalización constante y comportamientos destructivos.
Para calmar la ansiedad en perros, es recomendable ofrecer juguetes interactivos, como el kong, que les mantengan entretenidos y les ayuden a liberar energía. La música relajante también puede reducir su estrés. Sin embargo, la modificación del comportamiento es esencial para abordar la ansiedad. Es importante que el perro se acostumbre de forma progresiva a quedarse solo y que se eviten rutinas que le generen malestar. El adiestramiento también juega un papel clave en su equilibrio emocional, ayudando a reducir el estrés y mejorar su desarrollo intelectual. Implementar estas soluciones de forma temprana permitirá a los perros superar la ansiedad y disfrutar de una vida más tranquila y equilibrada.
Ansiedad en perros
En España, más de 30 millones de animales de compañía, especialmente perros, forman parte de los hogares, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (Anfaac). Aunque se cuida cada vez mejor su salud física, la salud mental de las mascotas también es crucial para evitar problemas como la ansiedad.
La ansiedad en los perros puede tener su origen en el miedo, una emoción natural para la supervivencia, pero cuando se convierte en un temor irracional hacia un estímulo, el animal comienza a experimentar ansiedad. Según estudios recientes, entre el 45% y el 55% de las mascotas presentan algún tipo de ansiedad. Factores como cambios en la rutina, mudanzas o ruidos fuertes, como los petardos, pueden desencadenarla.
El vínculo con el tutor también es clave. Los perros que demandan constante atención pueden desarrollar ansiedad si esa rutina cambia repentinamente. Por eso, es importante que la relación de afecto se dé bajo los términos del tutor y no del animal para evitar generar expectativas que puedan desembocar en estrés.
Algunas razas de perros, como los Beagle y razas pequeñas, son más propensas a la ansiedad. Prevenirla desde cachorros es esencial, trabajando en su socialización durante los primeros meses de vida. Esto incluye exponerlos gradualmente a estímulos como el tráfico, otras personas y animales para que se acostumbren a ellos de manera positiva.
Los síntomas de ansiedad incluyen aumento de la frecuencia cardíaca, nerviosismo, inquietud, destrucción de objetos y pérdida de control de esfínteres. Es importante que los tutores sepan interpretar estos signos para buscar ayuda profesional, ya que la ansiedad no se suele resolver sin terapia.
El tratamiento de la ansiedad implica identificar los factores que la causan, evitando que el perro se enfrente continuamente a esos estímulos. Además, puede requerirse una valoración médica para descartar problemas físicos y trabajar en la mejora del vínculo con los tutores. En casos severos, la medicación puede ser una herramienta útil, siempre acompañada de una modificación conductual. También es recomendable crear un «refugio» en casa donde el perro se sienta seguro.
Cómo actuar
La ansiedad en los perros es similar a la de los humanos, provocando inquietud y nerviosismo. Las causas más comunes de la ansiedad incluyen la falta de relaciones sociales, la ansiedad por separación, y el miedo a ruidos fuertes. La disfunción cognitiva en perros mayores también puede desencadenar ansiedad, al igual que pasar muchas horas solos en casa o sufrir cambios en el ambiente, como mudanzas.
Los síntomas de ansiedad incluyen comportamientos como romper objetos, orinar en casa, ladrar excesivamente, hiperactividad y lamidos compulsivos. Para ayudar a calmar a un perro con ansiedad, es recomendable reducir el tiempo que pasa solo y proporcionarle juguetes que lo entretengan. Establecer una rutina de paseos, juegos y comidas también puede disminuir su ansiedad, ya que le dará seguridad sobre lo que le espera cada día.
El ejercicio y las interacciones con otros perros son fundamentales para descargar energía y reducir el estrés. En razas muy activas, el deporte puede ser una excelente forma de fortalecer el vínculo entre el perro y su tutor.
Ansiedad por separación
La ansiedad por separación afecta al 15% de los perros, causando comportamientos como destrucción, ladridos excesivos y problemas de higiene al quedarse solos. Este trastorno suele estar relacionado con la inseguridad y el apego excesivo a sus dueños, especialmente en perros mal socializados en su juventud.
Los síntomas adicionales incluyen salivación excesiva, problemas gastrointestinales y cambios en el apetito. La socialización temprana y la gradual independencia diaria son claves para prevenir y tratar la ansiedad por separación. Algunos perros la padecen incluso si hay otras personas presentes, pero la mayoría la sufre cuando están completamente solos.