Qué pasa si le recorto el bigote a mi gato: esto es lo que dicen los expertos


Los gatos son criaturas que siempre despiertan nuestra curiosidad. A menudo nos sorprendemos al descubrir aspectos fascinantes sobre su comportamiento, sus habilidades y su forma de interactuar con el mundo. Asimismo, hay un aspecto que pasa desapercibido para muchos: sus bigotes. Aunque parecen un simple adorno, los bigotes son fundamentales para su bienestar y su capacidad para navegar el entorno.
En primer lugar, debemos entender que los bigotes de los gatos están profundamente conectados a su sistema nervioso, y tienen una función sensorial clave para su supervivencia; son esenciales para que el gato perciba su entorno y se mueva con precisión, especialmente en situaciones donde la visión no es suficiente, como por la noche o en lugares oscuros. De hecho, cortar estos bigotes puede ser tan perjudicial para un gato como privarlo de uno de sus sentidos más importantes.
La importancia de los bigotes para los gatos
Cada bigote de un gato crece desde un folículo piloso especial que está rodeado por terminaciones nerviosas. Este sistema hace que los bigotes funcionen como sensores muy delicados que envían información en tiempo real al cerebro del gato sobre su entorno. Gracias a ellos, el animal es capaz de obtener detalles importantes que le ayudan a tomar decisiones rápidas y precisas.
Uno de los roles más importantes de los bigotes es ayudar al gato a calcular el espacio que tiene a su alrededor. Cuando un gato se encuentra en un lugar estrecho o entra en una zona nueva, sus bigotes le permiten saber si podrá pasar por allí sin dificultades. De esta forma, sus bigotes actúan como una especie de medidor de espacio, permitiéndole evaluar si su cuerpo puede atravesar esa zona sin quedar atrapado. En otras palabras, los bigotes son como una herramienta de navegación para los gatos.
Sensibilidad
La sensibilidad de los bigotes es asombrosa. Los gatos pueden detectar cambios en su entorno con una precisión notable. Esto resulta extremadamente útil, especialmente cuando se encuentran en situaciones donde la visibilidad es limitada, como durante la noche o en espacios oscuros. En estos casos, los bigotes funcionan como un radar, ayudando al gato a estar alerta ante la presencia de presas, depredadores o incluso peligros inesperados.
Además, los bigotes no sólo están en el hocico; los gatos también tienen vibrisas (bigotes más pequeños) en otras partes del cuerpo, como en las patas delanteras, lo que les permite sentir y explorar el mundo de manera más completa. Al cortar los bigotes de un gato, se le estaría privando de la capacidad de explorar y percibir su entorno de forma tan detallada, lo que podría generarle ansiedad, desorientación y problemas de comportamiento.
Comunicación
Los bigotes no sólo tienen una función sensorial; también desempeñan un papel importante en la comunicación de los gatos. Estos animales son conocidos por su lenguaje corporal, y los bigotes juegan un papel crucial en la forma en que se expresan y se relacionan con otros animales y personas. Por ejemplo, cuando un gato está tranquilo, sus bigotes suelen estar relajados y apuntando hacia los lados. Esto indica que se siente cómodo y no está en modo de alerta.
Sin embargo, si un gato está asustado o se siente amenazado, sus bigotes se moverán hacia atrás, pegándose a su cara. Esta postura es una clara señal de que el felino está sintiendo miedo o incomodidad. Por otro lado, si un gato está curioso, alerta o en modo de caza, sus bigotes se orientarán hacia adelante. Este tipo de comunicación corporal es fundamental para entender cómo se siente un gato. Si se le cortan los bigotes, se le está privando de una de sus formas más importantes de expresarse, lo que podría generar confusión y aumentar su estrés.
¿Por qué no se deben cortar?
Cortar los bigotes no sólo afecta la capacidad de un gato para percibir su entorno, sino que también puede tener consecuencias psicológicas. Los gatos dependen de sus vibrisas para sentirse seguros y orientados en el mundo que los rodea. Si un gato pierde este sentido, puede experimentar desorientación, ansiedad y un aumento en los niveles de estrés. Incluso pueden volverse más temerosos y reacios a explorar nuevas áreas, ya que no pueden confiar plenamente en su capacidad para evaluar los riesgos de su entorno.
Físicamente, cortar los bigotes puede hacer que el gato tenga dificultades para moverse con soltura. Por ejemplo, podría chocar con objetos o quedar atrapado en espacios pequeños, lo que aumentaría su incomodidad. También pueden mostrar un comportamiento más defensivo o incluso más agresivo debido a la confusión que experimentan al no poder recibir la información sensorial que sus bigotes les proporcionan.
En definitiva, es fundamental comprender que los bigotes de un gato son una parte esencial de su anatomía y deben ser tratados con el mismo respeto que cualquier otra parte de su cuerpo.