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¿Por qué los gatos hacen una mueca cuando huelen algo? Ésta es la respuesta de los expertos

Gatos, curiosidades, animales
Un gato oliendo una planta. Foto: Freepik
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Si vives con gatos, seguro que los has visto oler algo con atención y luego quedarse quietos, haciendo una mueca extraña.

Aunque este gesto pueda parecer una expresión de disgusto, lo cierto es que esconde una función mucho más compleja, según los especialistas en comportamiento animal como Alex Taylor (International Cat Care), Mikel Delgado (Universidad de Purdue) y Jonathan Losos (Universidad de Washington).

Tal como recoge Live Science, esta peculiaridad es una de las herramientas sensoriales más sofisticadas del gato para comprender el entorno social que lo rodea.

El reflejo de Flehmen en gatos: qué es y por qué la hacen

Este comportamiento tiene nombre científico: se llama «reflejo de Flehmen» y es una reacción instintiva ante determinados estímulos químicos, especialmente feromonas.

Cuando un gato capta una sustancia interesante (generalmente asociada con otro animal) abre ligeramente la boca, retrae los labios y permanece inmóvil durante unos segundos. Esta mueca no tiene que ver con asco o placer. Se trata de una estrategia biológica diseñada para optimizar la percepción de señales invisibles al ojo humano, pero fundamentales para ellos.

Lo que el gato está haciendo en ese momento es dirigir esas moléculas hacia un órgano sensorial muy particular que se encuentra en su paladar, conocido como órgano vomeronasal u órgano de Jacobson.

Este sistema actúa como un segundo canal olfativo, independiente del que usamos los humanos para detectar aromas, y está especializado en la lectura de feromonas.

El órgano vomeronasal: el «sexto sentido» de los felinos

El órgano vomeronasal se conecta directamente con zonas del cerebro implicadas en el control de comportamientos como la reproducción, el marcaje territorial o la interacción social.

Una vez que las feromonas entran por la boca, se disuelven en la saliva y llegan hasta este órgano a través de dos pequeños conductos ubicados en el paladar. Desde allí, se genera una respuesta neurológica casi automática que condiciona el comportamiento del animal.

Este «sexto sentido» permite a los gatos detectar si una gata está en celo, si otro macho ha marcado territorio o incluso si una persona está estresada. También es fundamental para el vínculo entre la madre y sus crías.

Por eso, cuando ves a tu gato haciendo esa expresión extraña después de olfatear tus zapatos, probablemente está procesando la «huella química» que traes del exterior.

Los gatos, expertos en descifrar feromonas

Aunque los perros tienen un sentido del olfato más conocido, los gatos podrían tener una ventaja específica en la detección de feromonas. Hay diversos estudios que muestran que los felinos cuentan con una mayor diversidad de receptores en el órgano de Jacobson, lo que les permitiría captar una gama más amplia de señales químicas que otros animales, incluidos los canes.

Este mecanismo no es exclusivo de los gatos. Otros animales como caballos, ciervos, serpientes e incluso algunos primates también lo poseen. En humanos no hay evidencia sólida de que esta respuesta desempeñe un papel en la comunicación química actual.

La curiosa mueca que hace tu gato es la expresión de un sistema sensorial diseñado para descifrar feromonas, una herramienta clave para su supervivencia e interacción social.

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