Pruébalo: el cepillado húmedo es mejor para los gatos
Entre los diferentes métodos de cocinado, el cepillado único es la técnica ideal para asear a tu gato. ¿Cómo hacerlo? Aquí te ofrecemos algunas pautas interesantes.
El gato es por su propia naturaleza un animal muy limpio que cuida y asea su pelo regularmente. Esta capacidad de auto mantenimiento lo diferencia de otros animales, pero hay algunos rincones de su cuerpo a los que no tiene acceso. Ahí es cuando lo puedes ayudar, participando en el mantenimiento de su pelaje mientras pasas un rato agradable con tu mascota. A tu disposición tienes una gran gama de peines y cepillos que se venden en las tiendas, pero también puedes experimentar haciendo a tu gato un cepillado húmedo.
Cepillado húmedo para los gatos
El cepillado húmedo es una práctica acostumbrada en aquellos gatos que han sido abandonados siendo muy pequeños, y que no tuvieron la oportunidad de aprender a lamerse imitando a su madre.
Como sabemos, el gato es un animal que no le agrada el agua. Pero en estos casos, es necesario colaborar con la higiene del animal, que seguramente es incompleta por su falta de atención. Un cepillado con un cepillo de cerdas suaves humedecido no solamente estará limpiando la piel del gato, sino que además transmitirá al animal la sensación de protección que le aportaba su madre al lamerlo.
Consejos para el cepillado húmedo en los gatos
- Aunque el gato pasa una gran parte del día limpiándose y lamiéndose, es conveniente que lo cepilles una vez al día, para evitar la suciedad, las bolas de pelos y mimar a tu mascota.
- Elige un cepillo de cerdas duras o metálico, pues estimula su circulación sanguínea, ayuda a fortalecer el tono muscular y reduce el tamaño y la cantidad de bolas de pelo que pueda tragar mientras se lame.
- Un cepillado húmedo es ideal para alisar el pelaje y para mejorar la tensión del pelo, además de que favorece la retención de calor.
- Haz que el cepillado sea intenso, pues esto estimula las glándulas de la base de cada pelo y contribuye a su impermeabilización.
- Acostumbra a tu gato al cepillado húmedo y practica cada dos o tres cepilladas normales.
- Aprovecha esos minutos en los que el gato está relajado mientras lo cepillas para hacerle un “chequeo”: busca alguna herida, algún parásito externo o algo anormal en su cuerpo o en su piel.
A tu gato le agrada mucho que lo cepilles y que lo atiendas, pero el cepillado húmedo le gustará mucho más. Pruébalo. Con solo mostrarle el cepillo, hasta el gato más huraño se acerca a su dueño.
Esta idea le gustará mucho a tus amigos dueños de mascotas, pero mucho más a sus gatos. Comparte y envía este artículo y deja tus comentarios.
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