Giro de 180º confirmado en España: el cambio que afecta a estos jubilados
El cambio que llega y que permitirá a los jubilados volver a trabajar
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La jubilación y el sistema de pensiones es algo que preocupa cada vez más a los españoles, teniendo en cuenta nuestro contexto demográfico, con una población cada vez más envejecida y una natalidad en descenso. Se prueban así modelos con el fin de retrasar la edad de jubilación al máximo. Sin embargo, a todos los ajustes aplicados se le suma ahora un cambio para los jubilados que ya está dando que hablar.
Una propuesta en particular que capta la atención de todos aquellos que ya están jubilados y a los que están por hacerlo, que consiste en permitir que las personas ya jubiladas puedan reincorporarse al mercado laboral sin perder su pensión. De este modo, el cambio para los jubilados que antes parecía una excepción ahora se perfila como una alternativa regulada y, sobre todo, necesaria que marcará un antes y un después para muchos españoles. Conviene entonces conocer al detalle cómo se va a desarrollar esta nueva modalidad o cambio dentro de la jubilación y qué deben hacer todas aquellas personas que deseen volver a incorporarse al mercado laboral.
El cambio que llega para los jubilados
Hasta ahora, las personas jubiladas que querían volver a trabajar lo tenían bastante complicado. Las opciones disponibles, como la jubilación parcial o la activa, existían sobre el papel, pero en la práctica eran poco utilizadas debido a sus condiciones restrictivas y a la falta de incentivos reales. Esto está a punto de cambiar. El Gobierno ha iniciado la tramitación de una reforma conocida como jubilación reversible, una fórmula pensada para quienes, tras jubilarse, desean reincorporarse al mundo laboral sin renunciar a su pensión de forma completa.
La propuesta busca ofrecer mayor flexibilidad y reducir los trámites administrativos. La idea central es que los jubilados puedan trabajar y, al mismo tiempo, seguir cobrando una parte de su pensión, de forma proporcional a la jornada laboral que desempeñen. No se trata de obligar a nadie, sino de crear un marco legal que incentive, sin penalizaciones, la participación de personas sénior en sectores donde actualmente escasea la mano de obra cualificada. Esta medida se ve como una solución de doble impacto: por un lado, ayuda a cubrir vacantes; por otro, refuerza económicamente el sistema de pensiones gracias a las nuevas cotizaciones.
¿A quién afecta esta reforma y cuándo entrará en vigor?
La medida, que ha sido ya presentada a los agentes sociales (sindicatos y patronales), no ha entrado aún en vigor, pero su avance en la agenda legislativa es firme. El Ejecutivo ha anunciado que pretende llevarla al Congreso como proyecto de ley antes de que acabe 2025. Si todo va según lo previsto, la reforma podría estar operativa antes de finalizar el año o a inicios de 2026. Aunque todavía hay detalles por definir, el consenso político y social en torno a esta iniciativa es amplio, lo que aumenta la probabilidad de que se apruebe en los plazos señalados.
En principio, esta nueva modalidad estará dirigida a pensionistas que deseen reincorporarse voluntariamente, sin restricciones de sectores concretos. Las condiciones se ajustarán en función del tipo de contrato, la jornada laboral y el porcentaje de pensión que se decida mantener. Se trata de una medida ambiciosa, especialmente en un contexto donde las cifras oficiales muestran un crecimiento del 11 % en las jubilaciones demoradas, lo que indica un cambio de mentalidad entre los trabajadores próximos al retiro: cada vez más personas optan por seguir activas laboralmente unos años más, aunque para muchos la pregunta clave es, ¿retrasan la jubilación por deseo o por necesidad?.
Edad de jubilación: requisitos que siguen evolucionando
Este cambio para los jubilados con respecto a la política de pensiones no puede entenderse sin el marco actual de jubilación en España. La edad legal de retiro sigue aumentando de forma gradual, en función de los años cotizados. En 2025, podrán jubilarse con 65 años aquellos que hayan cotizado al menos 38 años y 3 meses. Si no se alcanza ese periodo, será necesario esperar hasta los 66 años y 8 meses. Este patrón seguirá su curso, y en 2027 el mínimo requerido para retirarse a los 65 años será de 38 años y 6 meses cotizados; en caso contrario, habrá que esperar hasta los 67.
Esta evolución de la edad de jubilación responde directamente al desafío demográfico que afronta el país. A medida que aumenta la esperanza de vida y disminuye la tasa de natalidad, el sistema necesita ajustar sus parámetros para garantizar que haya suficientes cotizantes que sostengan el pago de las pensiones. Por eso, además de subir la edad de jubilación, se están diseñando incentivos para quienes deciden posponer su jubilación o reincorporarse al mercado laboral una vez jubilados. El objetivo final es lograr un sistema más equitativo, sostenible y adaptado a las nuevas realidades laborales y vitales.
En definitiva, no es cuestión únicamente de retrasar el retiro o de endurecer los requisitos, sino de ofrecer herramientas que permitan a cada persona diseñar su propia salida del mundo laboral. El cambio está en marcha y, aunque aún no es definitivo, promete modificar la forma en que entendemos esa etapa crucial de la vida. Para los jubilados de hoy y de mañana, las reglas del juego están cambiando. Y conviene estar informados para decidir con libertad y conciencia.