¿Cómo elegir el mejor cepillo para tu gato?
Uno de los principales cuidados que debes proporcionarle a tu gato es el cepillado, independientemente de la longitud de su pelo. Esto es fundamental para que no se formen bolas de pelo y eliminar la suciedad acumulada. En el mercado puedes encontrar diferentes peines para gatos, y para elegir el mejor debes tener en cuenta tanto la largura como la textura del pelo de tu mascota. Te contamos todo lo que debes saber para elegir el mejor cepillo para tu gato.
Tipos de cepillos para los gatos
En líneas generales, podemos diferenciar tres tipos de cepillos: de púas, de cerdas y de goma.
El peine de púas es un gran aliado en el aseo cotidiano del gato. Es apto para todo tipo de pelaje y, además, limpia la suciedad de forma sencilla y rápida. Ahora bien, las púas metálicas pueden ser un poco peligrosas, ya que si no pasas el peine con suavidad, pueden dañar la piel del animal.
Si tu gato tiene el pelo largo, utiliza el peine de púas largas para evitar que se formen bolas de pelo. Este tipo de peine tiene dos tipos de púas: las más cortas recogen el pelo suelo y las más largas desenredan los nudos.
En caso de que tu gato tenga el pelo corto, utiliza un cepillo de cerdas, ya que estas son mucho más suaves que las púas. Las cerdas alisan el pelaje, dejándolo brillante y con un tacto aterciopelado.
Si a tu mascota no le gusta demasiado que le cepilles, prueba con un cepillo de goma, porque es el más suave. También conocido como peine masajeador, tiene las púas anchas y retira el pelo muerto, aunque no sirve para desenredar.
Cepillado paso a paso
Para el cepillado, tienes que encontrar encontrar un momento en el que el gato esté tranquilo y relajado, sobre todo si los cuidados no le gustan mucho. La mejor forma de comenzar es haciéndole algunos mimos al animal. También puedes hablarle, explicándole que le vas a peinar.
El tiempo mínimo que debes dedicar al cepillado es de cinco minutos diarios. Lo más importante es establecer una rutina, haciéndolo todos los días a la misma hora.
En lo que respecta a la frecuencia del cepillado, depende básicamente de la raza. Si se trata de un gato persa, hay que peinarlo a diario. Sin embargo, si es un gato de pelo corto, con hacerlo tres o cuatro veces a la semana es suficiente.
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