Trabajar desde el paraíso natural de Extremadura ahora tiene premio con las ayudas para nómadas digitales

Casi 200 beneficiarios ya han sido seleccionados en una apuesta decidida por el talento remoto y la repoblación rural

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En una apuesta clara por el talento y la repoblación del medio rural, la Junta de Extremadura ha lanzado un innovador programa de ayudas destinado a atraer nómadas digitales que deseen instalarse en la región. Con subvenciones de hasta 10.000 euros por persona, esta medida busca posicionar a Extremadura como un destino de referencia para quienes teletrabajan y buscan un estilo de vida más tranquilo, económico y en contacto con la naturaleza.

Vivir y trabajar desde otro lugar… con respaldo económico

Los tiempos cambian y, con ellos, la forma en que entendemos el trabajo y la vida. Para muchas personas, el teletrabajo ha abierto la puerta a una nueva libertad geográfica. Pero no todos los destinos ofrecen condiciones óptimas para instalarse. En este contexto, Extremadura quiere destacar como una opción sólida y atractiva, tanto desde el punto de vista práctico como emocional.

El nuevo programa de ayudas para nómadas digitales contempla una subvención de 8.000 euros para aquellas personas que establezcan su residencia efectiva en cualquier localidad extremeña y que teletrabajen desde allí durante un mínimo de 24 meses. Pero el incentivo puede llegar hasta los 10.000 euros si se cumplen ciertos criterios como ser mujer, tener menos de 30 años o trasladarse a municipios con menos de 5.000 habitantes.

Desde la apertura del plazo de solicitud, en octubre de 2024, el programa ha registrado 470 solicitudes, una cifra que ha superado todas las previsiones iniciales. A día de hoy, ya se han aprobado 195 ayudas, lo que ha llevado a la Junta a anunciar una ampliación del crédito en un millón de euros, incrementando en un 50% los fondos inicialmente previstos.

Historias reales que inspiran

El caso de Soraya Cuesta, de 31 años, bióloga y originaria de Cantabria, es uno de los ejemplos más ilustrativos del impacto de esta ayuda. Tras años en la ciudad, decidió volver a su pueblo familiar en Extremadura: Torrecillas de la Tiesa. Allí, gracias a las posibilidades del teletrabajo, desempeña su labor en el departamento de calidad y dirección técnica de TSS (The Sampling Solutions), una innovadora empresa que digitaliza los procesos de toma de muestras para sectores como el hospitalario o el medioambiental.

«Alcalá de Henares era la ciudad con más gente en la que he vivido, y donde más sola me he sentido», recuerda. «Prefiero volver al pueblo, priorizo la vida tranquila y, especialmente, la posibilidad de ahorrar. Los bajos salarios no me permiten ahorrar en grandes ciudades, y en Extremadura puedo tener un colchón y llevar una vida más tranquila, con accesibilidad a todos los servicios necesarios».

Otro caso es el de Rosa Gómez, profesora de música afincada en Alemania. Autónoma y con raíces en Plasencia, conoció las ayudas por internet y decidió aprovechar la oportunidad para volver a casa. Actualmente, está en proceso de instalación en Extremadura, desde donde continuará ejerciendo su profesión a distancia.

¿Quién puede beneficiarse y qué requisitos hay que cumplir?

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El perfil del nómada digital al que se dirige esta ayuda es amplio. Pueden solicitarla trabajadores por cuenta propia, freelance, profesionales por cuenta ajena o incluso emprendedores que desarrollen su actividad a distancia mediante el uso intensivo de herramientas digitales.

La única condición esencial es que se empadronen en la comunidad y trabajen desde un municipio extremeño, acreditando su actividad digital.

Además, el programa ha sido diseñado con sensibilidad hacia la despoblación. Por eso se prioriza a los solicitantes que deciden asentarse en localidades con menor densidad de población, con el objetivo de fijar habitantes, revitalizar los pueblos y aportar dinamismo económico y social en las zonas rurales.

También pueden participar extranjeros con NIE en vigor, así como ciudadanos extracomunitarios que dispongan de un visado para teletrabajo.

La Junta pone en marcha una convocatoria para nómadas digitales con el objetivo de atraer talento, dinamizar el medio rural y reforzar el tejido tecnológico en zonas despobladas

El programa, enmarcado dentro de una estrategia más amplia de atracción de talento, exige que los solicitantes hayan residido fuera de Extremadura durante los seis meses anteriores a la solicitud. Una vez concedida la ayuda, el beneficiario debe establecerse y permanecer empadronado en un municipio extremeño durante un mínimo de 24 meses ininterrumpidos.

Las ayudas están divididas en dos tramos:

  • 10.000 euros para quienes cumplan alguna de las siguientes condiciones: ser menor de 30 años, mujer, o empadronarse en una localidad de menos de 5.000 habitantes.
  • 8.000 euros para el resto de las solicitantes que no cumplan estos criterios.

Además, existe una segunda fase del programa, con un incentivo adicional si el beneficiario permanece otros 12 meses en la región una vez finalizado el periodo inicial.

¿Cómo es el proceso de solicitud?

La ayuda se concede en un único pago, una vez se ha notificado la resolución favorable y el solicitante acredita su empadronamiento en el municipio seleccionado. Este empadronamiento debe realizarse entre el día siguiente a la solicitud y un máximo de tres meses tras la notificación de concesión.

La solicitud debe ir acompañada de diversa documentación: desde la baja consular (si se residía fuera de España) hasta informes laborales, certificados de empadronamiento y justificantes de estar al corriente de obligaciones fiscales y con la Seguridad Social.

El procedimiento cuenta con un plazo máximo de resolución de tres meses desde la presentación.

Talento internacional con raíces rurales

Entre las más de 470 solicitudes recibidas, hay perfiles procedentes de toda España y también de otros países como Venezuela, Italia o Alemania. Muchos de ellos llegan atraídos por una forma de vida más tranquila, por la posibilidad de teletrabajar desde un entorno natural privilegiado y por el coste de vida más asequible. Además, para quienes proceden de grandes urbes, la posibilidad de integrarse en comunidades pequeñas y con servicios digitales ya desarrollados representa un cambio vital positivo.

Las cifras hablan por sí solas: el 60% de quienes han solicitado la ayuda tienen menos de 40 años, un dato que refuerza la apuesta por rejuvenecer el tejido social de los pueblos extremeños.

Tecnología y servicios, claves para el arraigo

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Para que el teletrabajo sea viable, hacen falta más que buenas intenciones. Por eso, el programa se ha lanzado acompañado de un esfuerzo por reforzar la conectividad, el ecosistema de coworkings y servicios esenciales para que los nuevos residentes puedan desarrollar su actividad con normalidad.

En este momento, muchas zonas rurales de Extremadura cuentan con conexión a internet de alta velocidad, espacios de trabajo compartido, viviendas disponibles a precios asequibles y una red de servicios públicos próxima. Estos factores hacen posible que los nómadas digitales no solo se instalen, sino que decidan quedarse.

Más allá del incentivo económico, una ayuda que impulsa el cambio de vida

Más allá de la cantidad económica, la ayuda representa una palanca para transformar la forma de vivir y trabajar. Personas que huyen del estrés urbano, que buscan conciliación, contacto con la naturaleza o simplemente un ritmo más humano, encuentran en esta iniciativa una oportunidad real para empezar de nuevo.

También es una respuesta inteligente a uno de los grandes retos demográficos de España: el vaciamiento de la España rural. Iniciativas como esta, centradas en el talento, la digitalización y la sostenibilidad, son un primer paso hacia una redistribución más equitativa del futuro.

No se trata solo de atraer a profesionales, sino de construir una comunidad que se quede, que se implique y que dinamice la región desde el conocimiento y la conectividad.

¿Y después de los 24 meses?

Aunque el requisito mínimo de permanencia es de dos años, muchos beneficiarios ya han expresado su intención de quedarse más allá del periodo subvencionado. Las razones son múltiples: calidad de vida, precios más asequibles, cercanía a la naturaleza y una acogida que, en muchos casos, ha sido cálida y enriquecedora. Esta fidelización es una de las metas más ambiciosas del programa, y a tenor de las cifras y testimonios, todo apunta a que será un éxito sostenido en el tiempo.

Además, las personas que lo soliciten podrán recibir una ayuda adicional el tercer año, de 4.000 o 5.000 euros, según al colectivo al que pertenezcan de los explicados anteriormente.

Con testimonios como los de Soraya o Rosa, el mensaje es claro: vivir y trabajar desde un entorno rural no sólo es posible, sino que puede ser la mejor decisión para quienes buscan bienestar, equilibrio y futuro.

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