Entrevista a la consejera de Cultura y Turismo

Marta Rivera de la Cruz: «Alberto Garzón no respeta al sector del turismo ni a sus trabajadores»

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Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970), consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, hace balance con OKDIARIO de su primer año en el Gobierno regional. Así mismo, critica al Ejecutivo de la Nación, entre otras razones, por los ataques del ministro Alberto Garzón al turismo español. «No respeta al turismo ni a sus trabajadores. Mi hermano es camarero y a mí no me gusta que se hable de su empleo como uno de segunda», expresa la también dirigente de Ciudadanos.

PREGUNTA: Acaba de presentar un plan muy ambicioso, Juntos 2020,  para reactivar el turismo y la cultura con más de 570 acciones en 139 municipios madrileños, ¿qué destacaría?

RESPUESTA: Es un plan para un verano atípico y extraño. Antes incluso de la pandemia, ya queríamos animar a los madrileños a que conozcan su comunidad y que busquen en Madrid lo que antes encontraban fuera. Parece que lo estamos consiguiendo, porque las cifras de turismo regional son muy positivas con relación al año pasado.

P: Han anunciado también la inversión de 30 millones en un ente público privado para promocionar el turismo. Un portavoz de Podemos dice que no encuentra qué es eso en su libro de economía, ¿qué le diría?

R: Le diría que qué libros de economía maneja. Y, después, que si no escuchamos a las empresas, a los turoperadores, a los hoteles, a las agencias de viajes, a las asociaciones de hosteleros, estamos muy perdidos. Hay que colaborar y trabajar. Hay que hablar de objetivos a medio y largo plazo. Es muy importante también apostar por la colaboración entre las instituciones. No tiene sentido que la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid vayan en turismo cada uno por su lado. Aunque sea desde la mejor intención, se duplican esfuerzos. Tenemos una base de financiación para colaborar con el Ayuntamiento. Es importante que exista voluntad política, que hay por las dos partes, y luego, por supuesto, financiación que garantice su viabilidad porque llevan años muy difíciles. Madrid crecía al 7% en turismo año a año, crecían el gasto por turista, el número de visitantes y, de repente, sucede esto. No quiero pensar que volvemos a la casilla de salida porque no es así, pero vamos a tener que trabajar mucho y coordinadamente para reinventarnos.

P: ¿Qué denota que la cultura esté gestionada en Madrid por una gallega y una catalana, Andrea Levy, en el Ayuntamiento y usted en la Comunidad?

R: Lo he comentado con Andrea en alguna ocasión. Es el símbolo del lugar abierto que es Madrid. Aquí nadie es de ningún sitio. Todos somos de Madrid y somos de otra parte. Me gusta definirme como una madrileña de Lugo y eso es fantástico. Celebrábamos el año Galdós, es otro ejemplo más. Un chico de Canarias, que vino a estudiar, se queda y se hace más madrileño que nadie. Que una catalana y una gallega se ocupen de la cultura en Madrid es una prueba de que aquí no importa de dónde vengas sino lo que quieres hacer.

P: ¿Cómo es, por otro lado, la relación con el Gobierno de España que tiene un ministro como el de Consumo, Alberto Garzón, que dice que tenemos un turismo «de bajo valor añadido y precario»?

R: Decir eso es no respetar al turismo, ni a la industria, ni a los trabajadores de esa industria. Mire, mi hermano es camarero. A mí no me gusta que alguien hable de su empleo como un empleo de segunda. No hay trabajadores de segunda. Un país como el nuestro tiene en el turismo una industria más, que es pujante, de alto valor añadido y en la que sus profesiones están muy bien valorados y conceptuados. No se puede escuchar a un ministro decir que su trabajo importa menos.

«Hablo mucho con Rodríguez Uribes»

P: ¿Qué tal con el ministro de Cultura?, ¿atiende sus peticiones?

R: Le pido muchas cosas, otra cosa es que escuche. En cultura, el territorio  de trabajo es es muy grande. Estamos trabajando juntos entre instituciones. El otro día presentábamos la temporada del Teatro de la Abadía con el Ayuntamiento, el Ministerio y la Consejería. Siempre hay espacios de mejora. Le propuse al ministro José Manuel Rodríguez Uribes en una conferencia con las comunidades crear un fondo cultural que las comunidades gestionasen a medias con el Ministerio. Se habla mucho de un pacto de Estado por la cultura y eso sería muy parecido. Me gustaría mucho poner en marcha un proyecto así desde la Consejería con el sello del Ministerio. Tras esa voluntad de colaborar hay una relación personal estupenda. Hablo mucho con él. Coincidimos en muchas perspectivas, pero luego hay que aterrizar los proyectos.

P: ¿Y con la titular de Industria y Turismo?

R: A Reyes Maroto también le propongo bastantes cosas pero tampoco me he sentido demasiado escuchada. Tenemos el problema de Barajas. El Gobierno sigue sin querer ver Barajas puede ser un coladero. No hay controles. Es la gran puerta de entrada de todos los países y, de verdad, no podemos tomarnos Barajas como como un aeropuerto cualquiera.

P: ¿Qué le diría a la ciudadanía que ve a los políticos como un problema?

R: La verdad que es muy complicado. Algo estaremos haciendo o comunicando mal. Mire, llevo en política muy poco tiempo, cinco años, pero lo que sí le puedo decir es que he visto a políticos de todos los colores y partidos trabajar intensamente. A lo mejor desde posiciones ideológicas que no comparto, pero con una voluntad real de resolver problemas. Lo que pasa es que creo que a veces estamos demasiado preocupados por nuestras luchas internas que por evidenciar que, por lo menos, hay un trabajo y una buena intención. He visto políticos que creo que se equivocan mucho, pero todos creen que lo están haciendo para ayudar a otros. Ojo, no estoy hablando de mi partido, de Ciudadanos, ni de ninguno en concreto. Trabajan mucho y con buena una intención.

P: El sector de la cultura sirvió de válvula de escape durante el confinamiento, ¿se les podrá devolver todo lo que han dado?

R: No va a ser posible nunca. Se dice ahora que hay que declarar la cultura bien de primera necesidad. Pero no hace falta que se declare, ya lo es. Se ha demostrado que es un bien de primera necesidad. Lo he podido experimentar en propia carne: cómo los artistas se han desvivido por ofrecer lo mejor de sí durante la pandemia sin pedir nada a cambio. Simplemente para entretener, para aligerar la presión, para ayudar, para hacer sentir que las cosas podrían ir un poco mejor. Evidentemente, eso quedará siempre y nos obliga, además, a una reflexión sobre el peso de la cultura en nuestro país.

«Mantener abiertas las puertas»

P: En el sector del turismo, con la apertura de hoteles durante la pandemia, ocurrió lo mismo.

R: Fue realmente emocionante aquellos días que no sabíamos qué iba a pasar. Había una orden para cerrar hoteles y en Madrid la necesidad de tenerlos abiertos. Había dos mil personas alojadas en hoteles: de extranjeros atrapados en España hasta personal de embajadas. Pero los hoteles se pusieron a disposición para, haciendo un esfuerzo ímprobo y a veces en contra de su cuenta de resultados, mantener abiertas las puertas.

P: ¿La oposición en la Asamblea de Madrid aporta en su negociado?

R: En mi caso he tenido de todo. Es verdad que tengo un territorio privilegiado. Es mucho más fácil aportar en asuntos de Cultura. Pero sí he visto voluntad de bronca más que de otra cosa. A veces no hay una voluntad real de entender ciertas cosas. Insistimos en explicar asuntos que no se quieren comprender. La oposición está para lo que está, una función de vigilancia sobre el Gobierno, pero creo que a veces, y más ahora en este momento, tienen que aflojar un poco y también intentar comprender al otro.

P: Desde dentro del Gobierno, ¿ve razonable las críticas de falta de cohesión entre PP y Cs?

R: Esas discrepancias son normales. Los intereses son heterogéneos entre los diferentes consejeros. Madrid está viviendo algo inédito, este Gobierno de coalición que no había tenido. No había manual de instrucciones. Somos partidos políticos diferentes. Hay muchos puntos en común, pero tenemos también formas diferentes. Entendemos la política diferente y es normal que no siempre todo vaya en la misma dirección, lo malo es que se dramatice eso. Intercambios de parecer existen incluso en el seno de gobiernos del mismo color y, como periodistas, los hemos vivido todos siempre. Lo malo es que nos rasguemos las vestiduras. Soy una privilegiada porque la cultura, en general, no molesta. No siempre es política. Y yo con cualquiera de mis compañeros, cuando he necesitado algo, les he pedido ayuda para hacer algo, una aclaración, etc. ya fuesen de Cs o de PP no ha habido problema.

P: ¿Hay más entendimiento en Madrid o en Moncloa?

R: Mucho más en Madrid.

P: ¿Cómo gallega, qué lectura hace de los resultados en Galicia?

R: A Alberto Núñez Feijóo le han salido las cosas incluso mejor de lo que esperaba. Galicia ha sido muy generosa con él. La pandemia ha inclinado alguna balanza y tiene por delante cuatro años con una comodísima mayoría absoluta para hacer muchas cosas y ya no podrá escudarse en que necesita equilibrios para hacerlas.

P: En el País Vasco ha funcionado relativamente bien PP+Cs, ¿habrá lista conjunta en Madrid en 2023?

R: Eso habrá que verlo. Somos partidos distintos, tenemos sensibilidades distintas y, por ejemplo, en un caso como el de País Vasco habíamos hecho una lista común porque era necesario, había que arbitrar una mayoría constitucionalista porque es un territorio muy complicado. Ahí era algo indispensable, irrenunciable, pero de verdad me gustaría que se entendiese que somos dos partidos diferentes con niveles diferentes y que podemos acordar en algunas cosas. Tenemos también nuestras divergencias y nuestras particularidades.

Legado

P: Vox dice que han traicionado a España y que no tienen escrúpulos, ¿qué le parece?

R: Por favor. Ese tipo de declaraciones maximalistas son de de una política de un nivel muy bajo. Cuando se viene a las instituciones hay que volar un poco más alto. Un partido como el nuestro, que no tiene ni un solo caso de corrupción, que se ha apartado a cualquiera simplemente dudoso. Un partido que se ha roto la cara literalmente en Cataluña por defender el constitucionalismo. Por favor.

P: Nos atiende un Día del Libro atípico [por el jueves], usted que es escritora, ¿qué titulo le pondría a la novela del Gobierno de España?

R: Malas compañías.

P: Y, por último, ¿qué legado cultural le gustaría dejar como consejera?

P: Más que un legado, que siempre suena a lo mejor demasiado ambicioso, sí me gustaría que los los madrileños se sientan aún más orgullosos de la vida cultural que hay en esta comunidad, que es espléndida.

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