IU busca nuevos afiliados quitando importancia al Covid: «El capitalismo es el virus»
Izquierda Unida resta importancia al coronavirus. En una campaña para buscar nuevos afiliados defiende que, en realidad, «el capitalismo es el virus». Ante la bajada de apoyos, la formación de Alberto Garzón ha lanzado una campaña para buscar nuevos simpatizantes que quieran luchar en contra del liberalismo y así implantar el comunismo en España.
La línea argumental de Izquierda Unida es que detrás del Covid-19 están las prácticas vinculadas al capitalismo y a la globalización. Defienden que el sistema económico imperante maltrata el planeta tierra y fruto de ello se producen desequilibrios. Entre estas consecuencias de la actitud de los seres humanos sobre el planeta estaría la pandemia del coronavirus.
En este sentido, una de las diputadas de IU en la Asamblea de Madrid defendió abiertamente que hay que aprovechar que «al sistema actual le revientan las costuras» para implantar el comunismo. Sostienen así que con un modelo económico basado en las ideas de Karl Marx y del resto de intelectuales de su órbita de pensamiento, el Covid-19 no hubiera existido o, en todo caso, se podría superar de una manera más favorable.
«Ponte en marcha. Es el momento de cambiar las cosas», agregan en esta nueva campaña de captación de simpatizantes en la que acompañan la foto de una protesta frente al despacho de Isabel Díaz Ayuso en la Puerta del Sol en la que uno de los manifestantes agita el cartel: «El capitalismo es el virus». El partido de Izquierda Unida denota igualmente que entre sus máximas prioridades está desalojar al Partido Popular y a Ciudadanos del Gobierno regional.
En este sentido, la gestión de la pandemia no está entre las preocupaciones de los partidos de la izquierda radical española. Ya lo demostró el líder de la coalición UP (Podemos e Izquierda Unida) en la última reunión de la ejecutiva morada, el Consejo Ciudadano Estatal. En su discurso de apertura del cónclave no tuvo ninguna palabra sobre las actuaciones acometidas dentro de sus competencias de Derechos Sociales.
«Tarea fundamental»
En lugar de hablar de su gestión en relación con las residencias de ancianos, los centros más golpeados por el coronavirus, Iglesias centró el tiro en la Monarquía. Aseguró que establecer «un horizonte republicano» era un objetivo estratégico.
El vicepresidente social del Gobierno antepuso la «tarea fundamental» de acabar con la Monarquía e implantar la república en España a la gestión del coronavirus. Articuló sus 17 minutos de discurso a hablar del veto a Ciudadanos a aprobar los presupuestos, las causas judiciales del partido o la futura Ley de Memoria Democrática. Pero ni un minuto a las medidas para atajar la difusión del virus a nivel nacional por parte del responsable gubernamental se erigió públicamente como responsable de atajar el drama en las residencias de ancianos.
Pidió «trabajar y construir alianzas para avanzar hacia un horizonte republicano. Tiene que ser una de las tareas políticas fundamentales de Podemos en los próximos tiempos». Así, ha defendido que «los republicanos deben ser capaces de entender el momento histórico de crisis de la Monarquía y del modelo de estado que encarna» y en consecuencia «tener valentía y audacia para poner sobre la mesa la necesidad de que España avance hacia el horizonte de una República» en el que «llegue a la Jefatura del Estado».
En este sentido, ha opinado que «cada vez menos gente en España entiende, especialmente la gente joven, que en pleno siglo XXI la ciudadanía no pueda elegir quién es su jefe de Estado y que este no tenga que responder ante la Justicia como cualquier ciudadano y no pueda ser apartado de su cargo si comete un delito».
A renglón seguido, Pablo Iglesias ha expuesto que ese horizonte republicano servirá «para encauzar la crisis económica y territorial de España», al plantear un proyecto que suponga fortalecer los derechos sociales, los servicios públicos, la igualdad de género, educación y cultura, que sea «modernizador» y pase página del modelo económico basado en «especulación inmobiliario, la exclusividad del turismo y la contratación pública del que la Monarquía fue un ineficaz promotor».
Según el líder de Podemos, la Monarquía borbónica ya no representa las nuevas oportunidades de negocio de sectores empresariales más dinámicos, sino que estos deben formar parte de un horizonte republicano que suponga modernización económica, mayor eficiencia y mayor capacidad competitiva en el marco europeo. «Seguramente esta disociación entre intereses económicos de España y viejas estructuras revela el agotamiento del papel histórico que la Monarquía jugó en la patria», ha sentenciado flanqueado por Irene Montero y Alberto Rodríguez.
Junto a lo económico, ha abogado por la república como «escenario de superación de la crisis territorial», poniendo en marcha así una organización «más federal, más confederal y construida sobre fraternidad y reconocimiento de la diversidad y plurinacionalidad de España», frente al «modelo centralista encarnado por la Monarquía».