Comer en el barrio de La Latina: los 10 restaurantes que no te puedes perder
El barrio de la Latina tiene una de las mejores ofertas gastronómicas de Madrid, con restaurantes para todos los gustos
Los 13 restaurantes en Madrid donde comen los ricos
Los restaurantes de Madrid que tienes que probar sí o sí: son los típicos que le recomendarías a tu madre


Si hay algo que está claro de Madrid, es que al margen de musicales, museos o monumentos, la oferta gastronómica es de las mejores de España. Cada distrito, cada barrio tiene restaurantes que merece la pena conocer, pero si deseas encontrar algunos de los mejores, estos sin duda, están en La Latina. El barrio histórico ofrece una gran cantidad de opciones para todos los gustos, de modo que toma nota porque hemos seleccionado para ti, los 10 restaurantes de La Latina que no te puedes perder.
Que duda cabe que la zona de La Latina es una de las más interesantes a nivel de restaurantes, bares o pubs de toda la capital, por lo que elegir sólo diez es algo complicado. Sin embargo, a partir de opiniones en portales especializados como The Fork o TripAdvisor, hemos dado con 10 restaurantes que o bien están de moda, o han hecho de los platos tradicionales un sello de identidad, o también, son opciones ideales para elegir en el caso de ir en pareja, con familia o amigos. Restaurantes con platos muy españoles, pero también las mejores opciones de cocina internacional, así que elige el que más te guste, o varios y apuntalos para tu próxima visita a La Latina o por si tienes pensada una escapada a Madrid por ejemplo, para el próximo puente de diciembre.
El Viajero
En la Plaza de la Cebada, frente al bullicio del mercado, El Viajero es ya casi una institución en La Latina. Este palacete de tres plantas combina el encanto bohemio con el ambiente castizo del barrio. Su terraza, con vistas a la Basílica de San Francisco el Grande, es uno de esos lugares donde parece que el tiempo se detiene. Aquí se viene tanto a picar algo como a tomar un cóctel al atardecer, y da igual si es domingo después del Rastro o una noche cualquiera de verano. Entre las hamburguesas, el chuletón de vaca gallega y sus tapas bien servidas, todo sabe mejor con la música suave de fondo y ese aire madrileño que invita a quedarse un rato más.
View this post on Instagram
Casa Lucio
En plena Cava Baja, donde las tabernas se suceden una tras otra, Casa Lucio es mucho más que un restaurante: es toda una institución de Madrid. Lucio Blázquez convirtió su local en punto de peregrinación gastronómica gracias a los huevos rotos más famosos de Madrid. Pero lo que se respira al cruzar la puerta va más allá de un plato: hay historia, hay tradición y una forma de entender la hostelería que casi se ha perdido. Los camareros se mueven entre mesas repletas de tertulias, el aroma de los guisos se mezcla con el de los vinos, y no es raro ver a algún rostro conocido disfrutando sin prisas. Comer en Casa Lucio es probar Madrid en su versión más auténtica.
Malacatín
En la calle de la Ruda, a dos pasos del bullicio de la Cebada, se encuentra Malacatín, una taberna que parece sacada de otra época. Fundada en 1895, conserva ese aire antiguo que buscan aquellos que como con el anterior ejemplo, desean comer en un lugar tradicional de Madrid. Su cocido madrileño, servido con toda la ceremonia, es de los que dejan huella. Garbanzos tiernos, caldo potente y carnes que se deshacen, todo cocinado como se ha hecho siempre, sin artificios.
El Bacaro de Fabio
En la Plaza de la Paja, entre calles empedradas y fachadas llenas de buganvillas, El Bacaro de Fabio trae a La Latina un pedacito de Venecia. Su dueño, un italiano apasionado por la cocina de su tierra, ha sabido crear un espacio cálido donde el aroma de la trufa y el parmesano lo impregna todo. Aquí se saborea la pasta al dente, las pizzas con masa fina y ese tiramisú que parece recién hecho por una nonna. Además, el ambiente es tranquilo, ideal para quienes buscan una comida relajada, con una copa de vino y buena conversación.
View this post on Instagram
La Potente
Si eres más de bares, justo en la mítica Cava Baja, tienes La Potente que mantiene el espíritu de los bares de toda la vida pero con un toque actual. Es el típico sitio donde una caña sabe mejor si va acompañada de unas bravas, aunque también puedes pedir platos como un buen potaje de garbanzos. Dentro, el bullicio es parte del encanto, incluso con noches musicales, pero en verano, su terraza es punto de encuentro para el tardeo o para tomar los mejores cócteles. Ya sea a media tarde o de noche, La Potente tiene esa energía contagiosa que sólo se encuentra en los bares con alma.
View this post on Instagram
La Cueva de Lola
En la calle de los Mancebos, escondida tras una fachada discreta, La Cueva de Lola guarda una de las experiencias más especiales de La Latina. En su interior, una cueva del siglo XVII acoge cenas y espectáculos flamencos que se viven muy de cerca. Las luces tenues, las mesas pequeñas y la guitarra llenando el espacio crean una atmósfera única. Aquí se puede cenar con un vino en la mano mientras el taconeo resuena a unos metros, y eso no se olvida fácilmente. Es un plan distinto, perfecto para quienes quieren disfrutar del arte flamenco sin salir del corazón de Madrid.
Tabernas El Buo y La Buha
A un paso de la Plaza de la Cebada se encuentran El Buo y La Buha, dos tabernas hermanas que se han hecho famosas por sus tortillas rellenas. Aunque se anuncian como “mini”, sus raciones son generosas y perfectas para compartir. Los locales tienen ese aire moderno con guiños castizos que encaja a la perfección con el ambiente de La Latina. Por las noches, se llenan de grupos de amigos, parejas y curiosos atraídos por la fama de sus platos. Son lugares para comer bien, reír y quedarse un rato más, porque el ambiente lo pide.
View this post on Instagram
Carmencita Brunch
En la Cava Alta, Carmencita Brunch trajo hace años a La Latina un concepto que hoy ya es parte del paisaje: el brunch americano. Fue de los primeros en hacerlo y sigue siendo uno de los más concurridos los fines de semana. Su carta combina huevos benedictinos, pancakes y zumos naturales con un toque casero que engancha. La luz entra por los ventanales, el café huele a recién molido y el ambiente es relajado, ideal para empezar el día sin prisa. Es uno de esos lugares donde el desayuno se convierte casi en comida y donde cada plato tiene algo de mimo.
Pez Tortilla
En plena Cava Baja, Pez Tortilla ha conseguido lo que pocos: convertir algo tan sencillo como una tortilla en un motivo para cruzar medio Madrid. Aquí las hacen jugosas, con el punto justo de huevo, y las combinaciones cambian a menudo para no aburrir. También son conocidas sus croquetas, cremosas y con sabores distintos, y su selección de cervezas artesanas.
View this post on Instagram
Casa Revuelta
Muy cerca de la Plaza Mayor, Casa Revuelta mantiene intacta su esencia desde los años sesenta. Su fama se debe a un bacalao rebozado que parece sencillo pero tiene el punto justo de sal y crujiente. Acompañado de una caña bien tirada o un vermut, es todo un ritual para los madrileños de toda la vida. El local, pequeño y siempre lleno, conserva el suelo gastado de los años y ese aroma a cocina tradicional que invita a repetir.