Los 10 restaurantes de moda en el barrio de las Salesas de Madrid que conquistan a los amantes de la buena mesa
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En los últimos años, el barrio de Las Salesas en Madrid se ha consolidado como uno de los epicentros gastronómicos más interesantes de la capital. Lo que hace unos años era una zona tranquila, con pequeñas tiendas de autor y cafés discretos, hoy cuenta con una amplia y variada cocina de vanguardia, fusión y creatividad. Sus calles, como la de Orellana, Regueros o Bárbara de Braganza, concentran locales con alma y grandes propuestas, tal y como es el caso de los 10 restaurantes de Las Salesas que no te puedes perder.
Entre estos restaurantes que ahora te recomendamos, tenemos estrellas Michelin pero también bares de vino natural, brunchs con los menús degustación de autor y los platos tradicionales con los sabores del mundo. De este modo comer en Las Salesas es, hoy por hoy, una experiencia que va mucho más allá de sentarse a la mesa: es pasear entre estilos, culturas y estéticas distintas que conviven en apenas unas manzanas. Cada local tiene su propia historia, su estética cuidada y un público fiel que busca algo más que una buena comida. Estos son los 10 restaurantes de moda en las Salesas que, por su originalidad, ambiente y calidad, se han ganado un hueco en la agenda de los madrileños y de quienes visitan la ciudad. Desde templos gastronómicos reconocidos hasta rincones donde el vino o una tapa se convierten en un pequeño ritual.
DSTAgE
En la calle Regueros 8 se encuentra el proyecto más personal de Diego Guerrero, el chef vitoriano que decidió dejar atrás su etapa en el Club Allard para apostar por un concepto libre. Así nació DSTAgE, un espacio con estética industrial y alma cálida, donde la cocina a la vista se convierte en parte del espectáculo. Guerrero propone una experiencia completa, con dos menús degustación que cambian constantemente y que combinan técnica, sabor y emoción. No es sólo fusión: es un viaje gastronómico que ha ganado dos estrellas Michelin y una reputación indiscutible.
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Zíngara
A pocos metros, en la Plaza de las Salesas, se levanta Zíngara, un restaurante que parece sacado de un sueño. Su interior mezcla terciopelos, luces bajas y un aire casi místico, con un concepto que viaja por distintas culturas y cocinas del mundo. Platos como el ssam coreano, la causa acevichada o la milanesa de berenjena muestran su carácter nómada. Pero más allá de la carta, Zíngara conquista por su atmósfera: íntima, envolvente, pensada para desconectar. Su coctelería, en colaboración con Angelita, es otro de sus grandes atractivos, ideal para quienes buscan algo distinto en el corazón de Madrid.
Los 33
Justo al lado, en la Plaza de las Salesas 9, Los 33 combina lo mejor de las cocinas española y uruguaya con un ambiente vibrante y moderno. Es uno de esos locales que siempre están llenos de caras conocidas, buena música y olor a parrilla. Aquí el fuego es el protagonista: mollejas de ternera, carnes a la brasa, verduras asadas o empanadillas criollas llenan una carta sencilla pero redonda. Su famoso bikini, el choripán o las croquetas criollas son algunos de los imprescindibles.
Llama Inn
Desde Brooklyn y Lima hasta Madrid. Llama Inn, en la calle Conde de Xiquena, aterrizó en la capital con la misma energía cosmopolita que lo hizo famoso en Nueva York. Su propuesta mezcla Perú, Estados Unidos y algo de picante, con platos llenos de color y sabor: ceviches de vieira o calamar, lomo saltado, corvina con ají amarillo… El ambiente es alegre, el servicio impecable y los cócteles, especialmente el pisco sour, son casi obligatorios. Ideal para quienes disfrutan explorando nuevas texturas sin perder el espíritu informal de un local moderno.
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Casa Orellana
En la calle Orellana 6, Casa Orellana recupera la esencia de la taberna madrileña con un toque contemporáneo. Aquí se puede disfrutar igual de un cocido tradicional que de unas croquetas de rabo de toro o unos huevos rotos con tartar de atún. Su barra de picoteo, perfecta para tapear sin prisa, es uno de los puntos más animados de la zona. El fin de semana, su brunch se ha convertido en un clásico para quienes buscan un plan relajado y bien servido. Es un lugar que transmite cercanía, donde la comida reconforta y el ambiente invita a quedarse un rato más.
Casa Felisa
También en el entorno de Alonso Martínez, Casa Felisa (calle Beneficencia 15) es sinónimo de cocina madrileña de toda la vida con un punto refinado. Su carta combina recetas tradicionales con guiños modernos, como unas lentejas estofadas con faisán y foie o unas verdinas con rape y bogavante. Es un restaurante que respeta el producto y que se toma el tiempo necesario para hacer las cosas bien.
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Golda
En la calle Orellana 19, Golda es una mezcla entre café, restaurante y bar que se adapta a cada hora del día. Por la mañana, su café de especialidad y sus bols de frutas o quinoa atraen a los amantes del brunch. A mediodía, su carta ligera y colorida invita a quedarse, y por la tarde, los sándwiches y cócteles se adueñan del ambiente. Es uno de esos sitios que respiran frescura y en los que siempre hay algo que probar. Perfecto tanto para una comida rápida como para una cita informal en pleno centro.
Xeito! 19’20’’
El chef gallego Iván Domínguez firma Xeito! 19’20’’, en la calle Prim, una casa de comidas moderna que rinde homenaje a su tierra. Aquí no hay artificios: sólo buena materia prima y platos elaborados con mimo. Las carrilleras estofadas con polenta, el tatín de pimientos y cecina o los escabeches variados son ejemplos de esa sencillez bien entendida. Su propuesta es informal, pero cuidada al detalle, y transmite esa calidez que caracteriza a la cocina gallega.
Nomo Braganza
En la calle Bárbara de Braganza 8, Nomo Braganza combina lo mejor del Mediterráneo y Japón. Su interiorismo, moderno y elegante, prepara el terreno para una carta llena de contrastes: fideos con gamba roja, gyozas, tempuras o platos con shiitake y yema de huevo. El menú degustación, Menú Nomo, es la mejor opción para descubrir el talento de su chef y probar un poco de todo. Su equilibrio entre diseño, sabor y buen servicio lo ha convertido en un referente para quienes buscan una experiencia distinta sin salir del barrio.
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Gota Wine
Y para terminar, una parada obligatoria en Gota Wine (calle Prim 5), el pequeño templo del vino natural que se ha ganado un público fiel. No es exactamente un restaurante, pero merece estar en esta lista por su propuesta honesta y moderna. En un espacio minimalista, casi escondido, se sirven vinos ecológicos y orgánicos acompañados de pequeñas raciones: quesos de Formaje, crudos de atún o polenta frita con alioli. Es el sitio perfecto para charlar, probar algo diferente y entender por qué el barrio de las Salesas no deja de reinventarse.