La Zarzuela y el CNI utilizaron a Corinna de pantalla para tapar a la bróker iraní

Corinna
El ex jefe del CNI, general Sanz Roldán, y Corinna Sayn Wittgenstein.
  • Manuel Cerdán y Borja Jiménez

La Zarzuela y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) utilizaron a Corinna Say Wittgenstein de pantalla para tapar la participación de la iraní Zanganeh en la intermediación del megaproyecto del AVE a La Meca por la que cobró comisiones millonarias.

En una campaña estratégicamente diseñada por la Dirección de Comunicación de la Casa del Rey y el espionaje español, bajo las órdenes del general Félix Sanz Roldán, la Zarzuela pretendió desviar la atención hacía la princesa alemana que ya se había separado de Don Juan Carlos.

Los hombres de negro de Palacio y de La Casa, como también se conoce al CNI, filtraron a diversos medios de comunicación y periodistas amigos la falsa información de que Corinna había sido la comisionista del proyecto ferroviario en Arabia Saudí. Incluso, cuando apareció por primera vez el nombre de la esposa del traficante de armas Kashogui, los fontaneros de La Zarzuela se esforzaron en difundir que la comisionista iraní había sido presentada a Don Juan Carlos por Corinna, algo que era plenamente falso.

Tras el accidente de caza del entonces Rey en Botswana, el 23 de abril de 2012, la princesa alemana, que mantenía una relación sentimental con el monarca desde hacía años, se convirtió en un objetivo a abatir por los servicios secretos españoles. El CNI, como antes había sucedido con el CESID en la época de Alonso Manglano en otros casos similares, montó un operativo para recuperar los documentos que guardaba Corinna fuera de España.

OKDIARIO informó sobre la operación Mónaco, diseñada por el CNI y financiada con fondos reservados, para recuperar los documentos de Su Majestad que Corinna guardaba en su oficina y domicilio del Principado.

Al mismo, el director de Comunicación de Zarzuela, el periodista Javier Ayuso, y el director del CNI pusieron en marcha la maquinaria de la desinformación para difundir una imagen distorsionada de la princesa alemana, a quien presentaban como una mujer de frívola y ambiciosa, con multitud de cuentas bancarias en Suiza y con conexiones con la Mafia internacional.

Una vez más, la razón de Estado perseguía reescribir la biografía de una persona para destruir su imagen “por el interés de la Monarquía”, como había verbalizado en público uno de los ideólogos de la misión.

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Corinna Zu Sayn Wittgenstein, en un foro empresarial en San Petersburgo. (Foto: Getty)

En la grabación subrepticia de Villarejo a Corinna, sin que ésta lo sospechara, la princesa alemana se quejaba de los intentos de la Zarzuela para implicarla en el caso Nóos y de esa manera dejar fuera de la investigación a la infanta Cristina. En la cinta reproducida por OKDIARIO, Corinna se quejaba: “Estoy preocupada.. (Urdangarín) no distingue la diferencia entre dinero público y el dinero privado. Quiere ganar dinero muy rápido y está preparado para hacer cualquier cosa con tal de ganar dinero”. Y aseguraba que había informado al Rey por escrito sobre las actividades de su yerno.

Corinna reconocía ante Villarejo y el ex presidente de Telefónica Juan Villalonga, que también participaba en la reunión, que cuando fue visitada en Londres en 2013 por el director del CNI le dijo a éste: “Tengo todo esto. Yo no digo nada. Yo me quedo callada pero dejarme tranquila. Hace ya tres años, pero dejarme tranquila”.

Sin embargo, Corinna siguió durante años sometida a seguimientos y espionaje por parte de los servicios secretos españoles.

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