Villarejo avisó al CNI del tongo contra Madrid en la elección de Tokio como sede olímpica en 2020

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Manuel Cerdán

El comisario José Villarejo informó al CNI, en febrero de 2015, de que en la elección de la sede para los Juegos Olímpicos de 2020 se produjo un pucherazo a favor de Tokio en detrimento de la opción de Madrid, que aspiraba por cuarta vez a una candidatura olímpica. OKDIARIO reproduce una grabación, que consta en el sumario de la operación Tándem, en la que el policía ofrecía a los servicios secretos los datos que le habían sido facilitados por fuentes muy solventes.

La designación de la sede de los Juegos de 2020 se produjo el 7 de septiembre de 2013 en la 125 reunión del Comité Olímpico Internacional (COI) celebrada en el Hotel Hilton de Buenos Aires. Acudían tres candidatas: Tokio, Estambul y Madrid, que ya lo había intentado para los Juegos de 1972, 2012 y 2016. Tokio los había organizado en 1964. La designación dependía de los 115 representantes del COI.

Cuando todos los asistentes auguraban una candidatura decidida por unos pocos votos entre Tokio y Madrid, la capital de España quedó empatada en el primer corte con la turca, mientras Tokio se distanciaba. Algo realmente inaudito a tenor de los proyectos presentados. Y la sorpresa saltó cuando Madrid perdió en el desempate el mano a mano con Estambul por 45 a 49 votos, cuando Turquía se debatía en una crisis por los inmigrantes sirios y una guerra fronteriza. Además, el plan de transporte, con una sola línea de Metro para una megaciudad, estaba abocado a un colapso generalizado. En la votación final, como era de esperar, la ciudad nipona ganó a los turcos por 60 a 36. Quedaba de manifiesto que la presencia de Madrid habría supuesto una lucha más reñida con los japoneses. Algo sucio había sucedido y Villarejo se ofrecía al CNI para facilitarles las pruebas del supuesto tongo que, finalmente, no fue investigado ni por los servicios secretos ni por la Policía.

En la conversación telefónica, que reproduce OKDIARIO, Villarejo ponía en antecedentes al jefe de Información del CNI, el teniente coronel Juan Puerto, jefe del departamento de Crimen Organizado, con quien mantenía unas excelentes relaciones, a tenor de cómo se trataban durante el diálogo. El policía le decía: «Te quiero contar una cosa importante antes de que se me olvide. Tengo una fuente de Kuwait que tiene información para demostrar cómo nos quitaron los Juegos Olímpicos de acuerdo con los japoneses. Hay unos tíos del Comité Olímpico español que nos traicionaron a cambio de pasta. Creo que puede ser interesante. ¿No te parece?».

Su interlocutor, que se mostraba reticente, le contestaba: «Ahí no estamos metidos en el ajo». Villarejo le insistía: «¿No crees que es un tema de Estado?». El espía le respondía: «Sí, sí». Y el policía sentenciaba: «Creo que es un tema más vuestro que nuestro».

Villarejo iba más allá y le comentaba que, en unos días, podía contar con las pruebas y ponerlas a su disposición: «No es que yo tenga la información. Pero me voy a ver con un tío en Suiza en estos días y cuando la tenga os la paso».

Y el comisario insistía para que el CNI hiciera caso del tema: «Si resulta que ha habido una maldad de ese tipo. Un apuñalamiento, macho, es importante descubrir a la gente. ¿No te parece?». A lo que Puerto respondía con un «sí».

Villarejo no desveló la identidad de su fuente -al menos por teléfono- al jefe de los espías, pero el nivel de su garganta profunda era de la categoría «pata negra», como se conoce en el argot policial. Se trataba del traficante de armas y amigo de Juan Carlos I Abderramán El Assir, que en aquellas fechas residía en Suiza. En la actualidad vive en Abu Dabi con una orden de busca y captura pendiente de España y con una orden de detención de Interpol.

El jefe de los servicios secretos se mostró, finalmente, interesado y quedaron en hablar nuevamente sobre el asunto. Pero el aviso de Villarejo nunca fue investigado.

Villarejo no mentía

La verdad es que Villarejo no mentía a su amigo del CNI. Sus agendas, que figuran en el sumario del caso Tándem, constatan que el comisario mantuvo la conversación telefónica con el jefe de Información de los servicios secretos, Juan Puerto -Villarejo se refiere a él indistintamente como Juan Porto y Juan Puerto-, el 4 de febrero de 2015. Se trata de una prueba más que demuestra que el comisario mantenía una buena relación y seguía colaborando con los servicios secretos de La Casa, como se conoce al CNI.

En un apunte en su agenda del 6 de agosto de 2014 reconocía: «Mi contacto en CNI es Tcol. Se encarga del crimen organizado y usa el nombre de Puerto».

Así mismo, Villarejo viajó a Kuwait, a Arabia Saudí y a Qatar antes de su conversación y también se desplazó a Suiza después de comentárselo al alto cargo del CNI. Allí se reunión con El Assir para tratar sus problemas con la Justicia española y con la Agencia Tributaria.

El mismo día de la conversación (4-2-2015) el comisario escribió en su bloc de notas junto a «Juan.CNI: Muy positiva la charla. Contesto tranquilamente». Un día después, vuelve a anotar sobre el mismo interlocutor: «Llamada para conciliar. Contesto muy positivamente».

Unas semanas después, el 12 de marzo, Villarejo escribía en su agenda junto a la clave JOY, que corresponde a su amigo y socio Adrián de la Joya: «Sobre los temas de gestiones de Kuway (Kuwait). Quedamos en hablar sobre Juan-Corin». De la Joya era entonces cuñado del traficante de armas El Assir. Ambos estaban casados con sendas hijas del diplomático Longoria.

Las mismas agendas demuestran que Villarejo viajó a Arabia Saudí en diciembre de 2014. «Magnífico recibimiento a pie de avión», escribió. Después hizo una escala en Doha, en Qatar, el 24 de diciembre donde mantuvo varias entrevistas.

En su agenda anotaba: «JOY: Llamó para decir que la reunión con su cuñado fue muy positiva».

El 9 de enero de 2015 Villarejo anotaba en la agenda un viaje a Ginebra y escribía junto a las iniciales «EL ASS (El Assir): Aparentemente Ok. 7-8 ahora. 10 después. Y hasta 25 al final del todo». Y en otra anotación sobre su amigo y socio Adrián de la Joya, el cuñado de El Assir, escribe: «Lo veo muy relacionado con El Assir».

Así mismo en otra anotación de su agenda, el 14 de enero de 2014, Villarejo destacaba: «JOY: Preparativos sobre El Assar». Cinco días después, anotaba: «JOY: Mañana veía a su cuñado».

El 24 de febrero anotaba junto al nombre de De la Joya: «Planteamiento de que todo va muy bien con Abder», refiriéndose a Abderramán El Assir. El verdadero garganta profunda del pucherazo olímpico, según comentó después Villarejo a sus allegados.

El tongo en Buenos Aires a favor de Tokio no pasó desapercibido para algunos de los representantes de la candidatura madrileña. Tal cual lo recuerda a OKDIARIO uno de los emisarios del Ayuntamiento de Madrid: «Me di cuenta de que allí pasaba algo raro. No era normal que no superáramos el corte frente a Estambul. Tampoco nos beneficiaba presentarnos con el 80% de las obras concluidas. Estambul no había levantado un ladrillo y Tokio proponía levantar una Isla Olímpica. Nos había pasado lo mismo en Copenhague con Río de Janeiro. Si estaba todo construido no quedaba margen de beneficio para los negocios de los lobbys del COI. Me di cuenta de que aquello era un avispero de corrupción».

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