La Policía intercepta en plena calle a 8 espías del CNI que vigilaban a Villarejo con coches y motos

CNI
El ex director del CNI, Félix Sanz Roldán. (Foto: EFE)
Manuel Cerdán

Un coche patrulla de la Policía Nacional desmontó anteayer en plena calle de Madrid un operativo de vigilancia del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) contra José Villarejo, ex comisario de Inteligencia de la Dirección General de la Policía, a quien los servicios secretos han declarado la guerra desde que se enfrentó a su jefe, el general Félix Sanz Roldán.

El incidente se produjo el pasado jueves a las 15 horas cuando el ex comisario Villarejo y otras dos personas se daban cita en un restaurante en la Plaza de Gabriel Miró de Madrid, en las inmediaciones del Palacio Real y del puente Segovia.

Ocho espías de La Casa, como se conocen a los servicios secretos, entre ellos dos mujeres, estaban apostados estratégicamente en el escenario de los hechos, haciendo alarde de medios materiales. Dos agentes al volante de sendos vehículos aparcados en las esquinas de la calle Bailén, otros dos en otras tantas motocicletas de alta cilindrada y dos parejas mixtas, ubicadas lo más cerca posible del objetivo. Una en el interior del restaurante, en una mesa próxima a la de Villarejo, desde donde se podía grabar la conversación con un micrófono direccional, como ya hizo la UCO con Ignacio González en la operación Lezo, y otra, deambulando por un parque próximo desde donde controlaban la entrada y salida del establecimiento.

Los agentes del CNI fueron mordidos, expresión que se utiliza en el argot policial, por uno de los acompañantes del ex comisario, un abogado bien relacionado con los servicios secretos de varios países aliados de España. Ante un despliegue tan poco corriente y para preservar su seguridad, llamó a la Jefatura Superior de Madrid y denunció lo que a todas luces se presentaba como una situación de alto riesgo. Sobre todo porque desconocía a quienes se enfrentaban.

En unos minutos se presentó en la zona una patrulla de la Policía Nacional que se dirigió a la pareja que merodeaba por el parque. Los espías, cuando se percataron de que habían sido descubiertos, intentaron darse a la fuga pero fueron interceptados por los agentes policiales. Cuando se les acercaron los uniformados gritaron: “Somos compañeros, somos agentes del CNI”, al tiempo que mostraban sus placas de identificación. “Estamos en medio de una operación antiterrorista. Esperamos a unos terroristas”, intentaron justificar su presencia.

No era la primera vez que agentes del servicio secreto que habían sido descubiertos en operaciones de seguimiento, aparentemente, irregulares se escudaban en objetivos inexistentes. Así sucedió con las vigilancias a Manuel Pizarro o al magistrado del Supremo ya fallecido Roberto García Calvo.

Los policías tomaron nota de sus identidades y los dejaron en libertad. Después redactaron una nota interna que entregaron a sus superiores relatando el incidente. El informe ha sido clasificado como “reservado” y está bajo el control del jefe superior de Madrid.

Mientras la pareja de espías se justificaba ante los policías, los dos automóviles y las motos derraparon y a toda velocidad desaparecieron por la calle Bailén en dirección a la Puerta de Toledo. La otra pareja permaneció en el interior del restaurante pero también fue descubierta y fotografiada desde un móvil por uno de los acompañantes de Villarejo.

Identidades falsas para una misión extraña

Los agentes policiales tuvieron tiempo para anotar los números de matrículas de los dos vehículos que se habían dado a la fuga. Ya en Jefatura, chequearon los datos y se toparon con lo que preveían: los dos automóviles, un Opel Astra y un Audi A3 Sportback, lucían placas falsas que estaban a nombre de  identidades operativas, supuestamente, del CNI, con las iniciales A.G.M y L.G.E.

Se trata de una modalidad de carnet de identidad que, aunque está expedido por la oficina del DNI, pertenece a filiaciones inexistentes. Según fuentes del Ministerio del Interior, la dirección del Centro Nacional de Inteligencia solicita todos los meses a la Policía entre 200 y 300 carnets falsos para dar cobertura a sus operaciones secretas. La Policía y la Guardia Civil sólo se surten de unos 50.

OKDIARIO dispone de los números de matrículas, de los nombres y apellidos de los supuestos agentes secretos, de los propietarios de los vehículos y sus domicilios, pero se reserva su publicación para preservar la seguridad de los funcionarios del Estado .

Este incidente deja en evidencia al director del CNI que, recientemente, había negado a preguntas de La Moncloa el uso de medios de los servicios secretos para investigar a José Villarejo. El comisario ya jubilado y el general Sanz Roldán mantienen un pulso desde hace más de cinco años que afecta y desprestigia a las propias estructuras de la Seguridad del Estado.

Todo hace indicar que tal rivalidad ha llevado al CNI a emprender una investigación contra Villarejo con medios públicos y dinero de los fondos reservados, de quien filtraron una fotografía de una de sus operaciones secretas como agente encubierto, según denunció el propio comisario ante la Audiencia Nacional. Además, se llevó por delante al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, de quien se llegó a filtrar una conversación reservada mantenida en su despacho -el sancta sanctorum de la seguridad del Estado- con el jefe Antifraude de Cataluña. Las disputas entre el CNP y el CNI también se trasladaron a asuntos tan mediáticos como el caso Emperador contra Gao Ping, la Gürtel, el Pequeño Nicolás o lo que algunos, interesadamente llaman Operación Cataluña.

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