«¿Qué palacio? ¿La Angorrilla? Era un chalé de caza de Franco que estaba en estado ruinoso desde los 60»
OKDIARIO entrevistó a Corinna Sayn Wittgenstein en el hotel Connaught de Londres el 28 de septiembre de 2020. A continuación reproducimos un extracto de la entrevista.
Manuel Cerdán: Los medios decían que la habían echado de un palacio
donde usted vivía en Madrid, que era el famoso palacio… que era una casa
de caza, ¿no? El de La Angorrilla.
Corinna Sayn Wittgenstein: ¿Qué palacio? ¿La Angorrilla?
MC: Sí. La Angorrilla.
CSW: Claro que no. Esa es una de las mayores leyendas que se ha
inventado jamás en España. Ese antiguo chalé de caza de Franco estaba un
tanto ruinoso. No se arreglaba desde los años 60. Era una casa pequeña de
tres habitaciones sumamente sencilla en el terreno de la Corona. Nunca
tuve las llaves ni acceso independiente a esta propiedad. Solo podía ir
cuando el Rey estaba en palacio, que no era muy a menudo, y era un sitio
muy incómodo. Llamarlo palacio es engañar al público para dar una
imagen de una mujer despilfarradora, cuando aquello era casi como
acampar al principio.
Corinna aprovecha la pregunta de OKDIARIO para desmentir una de las
mayores calumnias que el CNI y la Casa del Rey filtraron para dinamitar
su imagen. El calificado por los enemigos de la princesa Corinna como
palacio era un edificio abandonado durante años. Está situado en el Real Sitio de El Pardo y había servido como casa de caza a Francisco Franco en
los años 60.
Corinna pudo comprobar en sus propias carnes que aquel edificio de histórico de piedra no reunía las condiciones para ser habitado. No ofrecía ni lujos ni comodidad y la princesa alemana sólo podía visitarlo cuando la
acompañaba Juan Carlos I.
La Angorrilla, propiedad de Patrimonio Nacional, fue reformado entre
2011 y 2012 cuando Corinna había roto con Juan Carlos y sólo mantenía
una relación de amistad con el entonces jefe del Estado.
Algunos medios llegaron a publicar tras el escándalo de la cacería de
Botsuana que Corinna había sido expulsada del supuesto palacio por el
equipo de la Casa del Rey, algo que también niega la princesa alemana en
la entrevista realizada por OKDIARIO.
“Fuimos nosotros quienes trajimos al Rey de vuelta a Madrid. Como era
un vuelo largo, tuvimos que pasar la noche en el hotel Villamagna, donde
me quedé con mi hijo y mi primer esposo, y a la mañana siguiente nos
fuimos al aeropuerto sin más. Yo me fui a Suiza con mi hijo y Philip a
Londres. Nadie nos sacó a la fuerza del hotel. De hecho, no pasó nada de
nada. Nos fuimos sin más”.
Corinna no duda en afirmar que todos aquellos acontecimientos, tras el
accidente de Botsuana, se debían a un complot predeterminado:
“Mientras el avión despegaba en Botsuana, este relato estaba ya
imprimiéndose en España. La narrativa que se inventó para mí era
sumamente negativa. Me pintaron como una especie de María Antonieta,
Lady MacBeth, Wallis Simpson”.
Y añade: “También como a una bruja, a la que se podía responsabilizar de
todo lo que, como habría dicho Shakespeare, estaba podrido en la Casa de
Borbón. Así que equivalió a un asesinato en toda la regla de mi personaje.
Fue sumamente violento para una persona que jamás ha aparecido en la
prensa y para mi familia, leer unas narrativas tan dañinas. Para el rey Juan
Carlos, esta historia de ninguna manera podía producir nada positivo. De
hecho, dañó gravemente su reputación. Diría que marcó el principio del
final de su reinado. Nunca se recuperó de este escándalo, y fue el punto de
partida de discusiones sobre su abdicación, la cual tuvo lugar no mucho
después”.