De la paella con Bárbara a la barbacoa con Corina: el ‘modus operandi’ de Juan Carlos I con sus amantes
OKDIARIO también publicó las fotos del emérito con su amante Corinna disfrutando de una barbacoa
De la paella con Bárbara Rey a la barbacoa con Corinna Sayn-Wittgenstein: así el modus operandi de Juan Carlos I con sus amantes. Algunas relaciones extramatrimoniales del ex jefe del Estado dejaron rastro fotográfico. Mientras la vedette le cocinaba arroces en un chalet de Madrid, Corinna disfrutaba de barbacoas en el jardín en el palacio de La Angorrilla, al que la pareja llamaba «la casita». OKDIARIO ha conseguido fotografías de ambos momentos que el Rey Juan Carlos compartía con sus amantes.
La vida extramatrimonial de Juan Carlos I ha salido a la luz. En especial, sus gustos por la gastronomía de la mano de sus amantes. Las fotografías con Bárbara Rey se remontan a la década de los 90, cuando la vedette se citó con el entonces Rey en un chalet de una lujosa urbanización madrileña. La artista murciana comentó esta cita con su amiga Hortensia Blázquez, a la que le explicó qué menú iba a preparar, según unos audios en posesión de este periódico.
También le comentaba a su amiga Hortensia que «su hijo tenía esa tarde un examen» y que no estaría en la casa. Ángel Cristo Jr. ha dicho haber hecho las instantáneas esa misma tarde, escondiéndose entre unos matorrales con un teleobjetivo. Las fotografías muestran a Bárbara Rey con un vestido blanco mostrándole la paellera con el arroz recién hecho. También se puede apreciar en estas fotografías cómo Juan Carlos I, con una camisa de rayas, lleva una botella de cristal a la mesa para acompañar la comida.
No se trata de la primera foto en la que vemos al Rey Juan Carlos comer con una de sus amantes. En el año 2022, este periódico publicó las fotos de los encuentros entre Corinna y el monarca en su «nidito» de amor, situado en el parque natural del Monte de El Pardo y muy cerca de La Zarzuela. Basta con fijarse detenidamente en las fotos conseguidas para cerciorarse de que el interior de La Angorrilla no era ni plácido, ni cómodo, ni mucho menos lujoso. La mesa del comedor es de un estilo antiguo y muy vulgar, las paredes son frías, las cortinas necesitan un recambio y la alfombra del salón está raída. A Corinna le tocó sufrir sus incomodidades cada vez que pasaba unos días en La Angorrilla con Juan Carlos I.
Algunas veces estuvo acompañada por su hijo Alexander que, en verano, tenía que chapucearse en una balsa inflable de plástico porque el supuesto palacio carecía de piscina. Uno de estos días fue el de la barbacoa en familia. Juan Carlos, vestido con un bañador amarillo, una camisa de cuadros y una gorra, sostenía las pinzas de la carne. A su lado estaba el hijo de la princesa alemana, con un bañador estampado y una camiseta blanca. También existen otras fotografías que muestran la complicidad entre el pequeño y Juan Carlos I, que jugaba con él en los jardines de la residencia de los amantes.
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