Las ONG catalanas subvencionadas por Soros aleccionan a los ‘tsunamis’ a denunciar a la Policía

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George Soros es un multimillonario especialista en entrar en mercados en crisis para aprovechar la ola de recuperación. Foto: AFP

Las organizaciones independentistas catalanas subvencionadas por el especulador de las finanzas George Soros están aleccionando, a través de Twitter, a los activistas radicales de Tsunami Democràtic para que presentan denuncias contra los antidisturbios de la Policía.

Desde hace varios días SomDefensores, IRIDIA y el Instituto de Derechos Humanos de Cataluña (IDHC), entre otras ONGs, han emprendido una campaña para que los violentos que participaron en las algaradas de la semana pasada en el centro de Barcelona denuncien a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de los Mossos.

SomDefensores busca a través de Twitter testigos para criminalizar a las fuerzas de orden público con este mensaje en catalán: “Ens arriba que la policia ha fet ús de gasos lacrimògens” (“Nos llega que la policía ha hecho uso de gases lacrimógenos”). Y, seguidamente, facilita dos números de teléfono a los activistas en función de que hubieran sido detenidos o “en caso de violencia”.

En otro mensaje se queja de que la Policía había obligado a su “grupo de observadores situado en la calle Magdalena/Comptal a retirarse de la zona”. Y se lamenta de que “la observación es vital para denunciar vulneraciones de derechos en el contexto de protestas”.

SomDefensores es el brazo armado de la “red de observadores de vulneraciones en contexto de protesta” que fue creada por los independentistas en septiembre de 2017, de cara a la celebración del referéndum ilegal del 1-O. Tal iniciativa nacía de una propuesta de la plataforma “Defender a quien defiende”, auspiciada por David Bondía, presidente IDHC, y Jordi Vaquer, director de Open Society Initiative for Europe (OSIFE) y ‘hombre’ de George Soros en España.

Una trama de subvenciones

SomDefensores recibe ayuda económica del Instituto Internacional para la Acción Noviolenta (NOVACT), con sede en Barcelona, que recibe una subvención anual de Open Society Foundation de 35.000 euros, según figura en los documentos en poder de OKDIARIO. David Bondía es uno de sus consejeros asesores.

La organización Centro para la Defensa por los Derechos Humanos IRIDIA, también financiada por George Soros, se sumaba a la campaña en protesta del uso de botes de gases lacrimógenos por parte de la Policía. En uno de sus tuits denuncia: “Los agentes de policía están actuando de manera totalmente descontrolada y movidos por la intencionalidad de castigar y humillar”.

E insiste: “Es necesario que Interior –en referencia a la Consejería de la Generalitat- actúe”. Y tanto que actuó, acuciado por la magnitud de la revuelta, pero en sentido contrario: los Mossos sacaron a la calle la tanqueta con el cañón de agua a presión porque no había forma de parar la violencia de los independentistas para disolver las barricadas.

IRIDIA, una asociación integrada por mujeres, arenga a los activistas, siguiendo la estrategia del independentismo y de las organizaciones financiadas por Soros: “Nosotras estamos a disposición de las personas agredidas para denunciar los hechos”.

IRIDIA, de la que es dirigente Anaïs Franquesa, una de las feministas ligada a Ada Colau, obtiene el 30% de sus ingresos de las arcas de George Soros. Ese tanto por ciento significa el 77% de los fondos procedentes de instituciones privadas. En 2018, la organización obtuvo de subvenciones privadas por 67.569,78 euros, de un presupuesto que se acercada a los 2.00 euros. La asociación recibe también dinero de la Universidad Autónoma de Barcelona y de otras entidades catalanas.

Subvencionadas por Soros y Colau

Curiosamente, el dinero de Soros no procede directamente de Open Society Initiative for Europe, que tiene su sede para Europa en Barcelona, sino de Open Society Institute Budapest Foundation. La versión magyar de George Soros fue expulsada de Hungría por el presidente Viktor Orbán por conspirar contra el Estado. En la actualidad tiene sus oficinas en Alemania.

IRIDIA, una organización clave en todo el proceso independentista, recibe más del 90% de su financiación pública a través del Ayuntamiento de Barcelona. Franquesa y Colau militaron en el Observatori DESC, una ONG también subvencionada por el filántropo multimillonario.

Por su parte el IDHC, que dirige David Bondía desde 2015, uno de los personajes claves en el movimiento independentista, puso en marcha una campaña, según reconoce en sus tuits, para “monitorizar la actuación policial a fin de identificar y denunciar las vulneración en el contexto de la violencia”.

Bondía, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de Barcelona, fue quien financió con dinero de Soros el acto de presentación de Carles Puigdemont en Ginebra, en marzo de 2018, cuando el ex presidente, ya prófugo de la justicia española, se desplazó desde Bruselas a la ciudad helvética.

En aquella conferencia, Bondía y el prófugo Puigdemont denunciaron la regresión de los derechos humanos en España y el ejercicio de la violencia en la jornada del 1-O.

Bondía fue así mismo el activista que interpuso una demanda contra España ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para impedir, tras el intento del golpe, la aplicación del artículo 155 en Cataluña, aprobado por el Consejo de Ministros de Mariano Rajoy. Alegaba que suponía “un daño irreparable para millones de personas votantes y una grave erosión a los fundamentos del Estado de derecho”. Sus pretensiones no tuvieron ningún éxito.

Asistencia psicológica para los afectados

En uno de sus tuits, el IDHC recuerda que SomDefensores ha activado un “dispositivo imprescindible de observación ante posibles vulneraciones en el contexto de las protestas”.

Sin embargo, ninguna de las tres organizaciones se quejó del comportamiento de los violentos independentistas ni asumió la competencia legal de las Fuerzas de Seguridad a mantener el orden público en Barcelona, a fin de defender los derechos del pueblo catalán.

Otro organismo catalán, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), financiado por el Ayuntamiento y la Diputación, suspendió el pasado 14 de octubre un acto que tenía programado en sus instalaciones como respuesta a la publicación de la sentencia del procés.

Paradójicamente, en una nota de prensa sobre tal decisión manifestaba la posición del organismo catalán: “Se reafirma en la defensa de la libertad de expresión como pilar de la vida cultural y de la democracia”. Gran ejemplo: como protesta suspende un acto cultural.

Por último, la Asamblea Nacional Catalana, cuyo objetivo es conseguir la independencia de Cataluña, anuncia también por tuit a sus seguidores que “ha activado un servicio de asistencia psicológica para los afectados por la represión”. Y facilita un número de teléfono y una extensión para recabar las denuncias.

Alfonso Ussía, el columnista de La Razón, lo veía todo meridianamente claro el pasado sábado cuando escribió en su Twitter: “Y tanto terrorista extranjero, y tanta coordinación entre los salvajes, no será que quien mueve los hilos sea el íntimo amigo de Sánchez e Iglesias, George Soros”.

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