El nuevo perfil del yihadista en España: inmigrante de segunda generación sin gran arraigo religioso

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Driss Oukabir y Mohammed Houli Chemlal (Foto: Efe).

Los atentados de Las Ramblas y Cambrils del 17-A de 2017 marcaron un antes y un después. Los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado especializados en la lucha antiterrorista han detectado durante los últimos años un cambio sustancial en el perfil de los yihadistas detenidos en España.

Son más jóvenes, inmigrantes de segunda generación nacidos en nuestro país, que a menudo ya tienen la nacionalidad española. Se han occidentalizado en sus costumbres y tienen los mismos hábitos que cualquier joven español de su edad: salen de fiesta, beben alcohol, consumen drogas.

Con frecuencia, no han sido educados desde niños en la versión más integrista del Islam y no son reclutados en la mezquita, sino en su grupo de amigos. Pero se han criado en tierra de nadie: en España son moros y cuando van de vacaciones a su país de origen, son «los españoles». Y ese desarraigo social les convierte en blanco fácil para ser adoctrinados, esta vez sí, en el fanatismo religioso y en el odio contra el modo de vida occidental que han adoptado en España.

Las fuentes judiciales consultadas por este diario señalan que los miembros de la célula de Ripoll, reclutados por el imán Abdelbaki Es Satty, responden en buena medida a este perfil, muy distinto del de los implicados en otras masacres como los atentados del 11-M.

Un adoctrinamiento ‘exprés’

De hecho, el propio Es Satty había cumplido condena en la cárcel de Castellón, tras ser detenido cuando intentaba introducir 120 kilos de hachís en Algeciras. Fue durante su estancia en prisión, entre 2012 y 2014, cuando recibió varias visitas de agentes del CNI que intentaron captarlo como confidente, como desveló en exclusiva OKDIARIO.

La investigación de los atentados del 17-A demuestra que el proceso de radicalización de los miembros de la célula de Ripoll duró menos de dos años, desde la llegada de Abdelbaki Es Satti a esta población de Gerona.

Varios vecinos de Ripoll interrogados por los Mossos d’Esquadra explicaron que los primeros en ser captados cuando el imán llegó al pueblo fueron Youseef Aalla, Younes Abouyaaquob y Mohamd Hichamy: abandonaron las clases, «dejaron de jugar al fútbol, realizaban los rezos diarios y no saludaban a la chicas».

Tras pasar un verano trabajando en la recogida de la fruta en Castellón, Youseef Aalla se distanció por completo de sus amigos y comenzó a frecuentar únicamente al grupo de jóvenes marroquíes que se reunían con Es Satty en la «mezquita nueva», conocida como comunidad Annour.

«Consumían hachís, alcohol y cocaína»

Otro testigo interrogado por los Mossos aseguró que Aalla era el más próximo al imán. Según su declaración, antes «Aalla fumaba hachís, tomaba alcohol, cocaína y otras sustancias hasta estar muy pasado», pero cambió radicalmente de costumbres y se volvió «extremadamente religioso».

En cuanto a Houssaine Abouyaaqoub (hermano del autor del atropello de Las Ramblas) hacía una vida normal, no hablaba de religión, le gustaba escuchar rap y trabajaba en un Kebab del pueblo, en el que se reunía con sus amigos de la mezquita los viernes por la noche. Decía que le gustaría irse a vivir a Francia y a veces se marchaba a Playa de Aro o a Lloret de Mar.

La explosión del chalé de Alcanar, en la que el imán de Ripoll murió cuando intentaba fabricar el explosivo conocido como la Madre de Satán, obligó a los supervivientes de la célula yihadista a cambiar sus planes iniciales. Habían fantaseado con la posibilidad de estrellar una furgoneta cargada de explosivo contra la Sagrada Familia o atentar contra el Nou Camp.

La muerte de Abdelbaki Es Satty llevó a Younes Abouyaaqoub a tomar una de las furgonetas que habían alquilado y la utilizó para atropellar a más de un centenar de personas en Las Ramblas. Pocas horas después, tras seguir las noticias por televisión, Houssaine Abouyaaqoub, Moussa Oukabir, Said Alla (cuyo hermano había fallecido en la explosión en Alcanar) y los hermanos Omar y Mohamed Hichamy se subieron a un Audi3 y se dirigieron a Cambril para intentar perpetrar una masacre.

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