Es el explosivo del Estado Islámico que preparaban los terroristas de La Rambla

Los Mossos tenían perros adiestrados para detectar ‘la madre de Satán’ pero no los usaron en Alcanar

Mossos
Entrenamiento de un perro de la Unidad Canina de los Mossos para detectar explosivos.

Los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils, que se saldaron con 16 muertos y más de 130 heridos, se podrían haber evitado. La Unidad Canina de los Mossos d’Esquadra cuenta con perros adiestrados específicamente para detectar la madre de Satán, el explosivo utilizado habitualmente por Estado Islámico (ISIS).

Si desde un primer momento estos perros hubieran inspeccionado el chalé de Alcanar (Tarragona), que estalló 17 horas antes del atropello masivo de Las Ramblas, habrían detectado inmediatamente la presencia de rastros de acetona, el componente básico de este explosivo conocido como Peróxido de Acetona (TATP) o Peroxiacetona.

Esta simple comprobación habría permitido poner en marcha cuanto antes el operativo para localizar al resto de miembros del comando yihadista. Pero no ocurrió así. Se perdió un tiempo precioso, que habría resultado vital para evitar la tragedia.

El imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty, considerado como el cerebro de los atentados, murió el pasado 16 de agosto, 17 horas antes del atropello masivo de Las Ramblas. La casa saltó por los aires cuando Es Satty y otros dos terroristas intentaban fabricar «la madre de Satán», para perpetrar un gran atentado suicida en Barcelona.

El explosivo de Estado Islámico

Cuando los Mossos acudieron al lugar, el chalé había quedado reducido a escombros. Entre sus ruinas encontraron más de un centenar de bombonas de butano. La vivienda estaba embargada por un banco, pero llevaba varios meses okupada por los miembros del comando yihadista de Ripoll.

Todos estos indicios deberían haber sido suficientes para que los Mossos llevaran a cabo una investigación a fondo, ante la sospecha –planteada por la propia juez de guardia– de que en el lugar se estaban manipulando explosivos para perpetrar un atentado terrorista.

Había un motivo añadido para adoptar esta medida: como adelantó OKDIARIO el pasado día 18, el Ministerio de Interior había transmitido a los Mossos d’Esquadra la alerta comunicada por un servicio de inteligencia extranjero, según la cual Estado Islámico planeaba perpetrar este verano un gran atentado terrorista en una zona turística de Cataluña.

Fuentes especializadas consultadas por OKDIARIO indican que, si ante estos indicios, la Unidad Canina de los Mossos hubiera llevado a cabo desde el primer momento una inspección de las ruinas del chalé, los perros habrían detectado inmediatamente los rastros de acetona, el componente básico del TATP. Como ha informado OKDIARIO, los miembros del comando yihadista habían comprado 500 litros de acetona para elaborar este explosivo.

«Un laboratorio clandestino de drogas»

Todo ello debería haber encendido todas las alarmas. Tras confirmar la presencia del explosivo utilizado por Estado Islámico, el siguiente paso ineludible habría sido interrogar al único superviviente de la explosión, Mohammed Houli Chemlal, que podría haber conducido a los Mossos a identificar y localizar al resto de miembros del comando yihadista antes de que llevaran a cabo sus planes.

Pero no ocurrió así. Tal como recogieron varios medios, los Mossos difundieron en un primer momento la sospecha de que en el chalé había estallado un «laboratorio clandestino de drogas». El terrorista superviviente Houli Chemlal fue trasladado al hospital Verge de la Cinta de Tortosa. Nadie le interrogó hasta 20 horas después: los Mossos no comenzaron a atar cabos hasta el día siguiente por la noche, después de que Younes Abouyaaqoub atropellara a más de 130 personas en Las Ramblas.

Los Mossos tampoco permitieron que los Tedax de la Guardia Civil inspeccionaran el chalé de Alcanar. La Policía autonómica prefirió llevar a sus propios especialistas de explosivos, pero lo hicieron el 17 de agosto a las diez de la mañana (siete horas antes del atentado de Las Ramblas). Su diagnóstico fue que en el chalé se había producido «una explosión de gas».

A pesar de todas las alertas, los Mossos d’Esquadra seguían sin sospechar nada de lo que estaba ocurriendo. El mismo jueves 17 de agosto, a las 16,30 horas, se produjo una segunda explosión en la vivienda, cuando se llevaban a cabo los trabajos de desescombro con una excavadora. Tal como recoge en su auto el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, el estallido produjo una humareda «en forma de hongo», visible a varios kilómetros de distancia.

Huyó a pie de Las Ramblas

Apenas media hora después, se ponía en marcha el plan b de los yihadistas: Younes Abouyaaqoub iniciaba su trayecto mortal por las Ramblas de Barcelona, que dejó cinco muertos y decenas de heridos, y emprendió la huida a pie sin ser interceptado por nadie. Pocas horas después, cinco de sus compañeros fueron abatidos por los Mossos cuando intentaban llevar a cabo una matanza similar en Cambrils.

El vídeo que acompaña a esta información muestra el método de entrenamiento de un perro de la Unidad Canina de los Mossos para detectar explosivos.

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