Las dos declaraciones de Benavent que llevaron a Zaplana a la cárcel

Marcos Benavent
Marcos Benavent.
Manuel Cerdán

A lo largo de los siete años que ha durado el proceso sumarial del caso Erial el empresario Marcos Benavent sólo ha comparecido ante la Guardia Civil y la titular del Juzgado de Instrucción número 8 para ratificarse en el hallazgo de un sobre en el despacho de su abogado con los supuestos documentos del Plan Eólico de Valencia. Pero en ninguna de esas comparecencias fue sometido a un amplio interrogatorio. Las palabras de Benavent son baladíes y anodinas.

La primera declaración de Benavent se produjo el 22 de marzo de 2017 ante los agentes de la UCO de la Guardia Civil en las que ya eran las diligencias previas 3568/2015 del caso Erial, declaradas secretas, del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia. La comparecencia se producía dos años después del hallazgo de la conocida como “hoja de ruta” en el despacho de su letrado.

Los investigadores recogían en su escrito el contenido del sobre que el sirio Imad Al Naddaf Yaloud le había confiado a Benavent: “Un total de 6 folios que se le muestran en este momento, siendo los referidos documentos una página de noticia de prensa sobre la sociedad Proyectos Eólicos Valencianos; tres folios donde se resumen una serie de trámites en relación a la constitución y compraventa de sociedades, la copia de un correo electrónico y los datos mercantiles de la sociedad Poinds Net”.

Los agentes no hacen referencia sobre el contenido del correo electrónico que se convertía en la pieza clave para abrir la causa.

Benavent reconoce los documentos como los entregados por el empresario sirio, que confió en él porque lo conocía desde hacía años. Y manifiesta su desconocimiento sobre si los papeles guardaran alguna relación con una causa penal “o con alguna actividad criminal”.

También declaró que los conservó sin ninguna finalidad concreta: “Nunca conocí la transcendencia de los mismos, los guardaba junto con otros muchos que he ido acopiando a lo largo de mi actividad profesional, el hecho de que fueran intervenidos fue algo casual, ya que los mismos se encontraban con otros de mi propiedad”.

Más recientemente Benavent ha declarado que el registro en el despacho de su abogado fue ilegal, que los documentos se entregaron tras un pacto y que se debió a un montaje contra Zaplana.

Un año después Benavent fue conducido ante la juez del caso Erial, el mismo día que detenían a Zaplana, para ratificarse en su declaración ante la Guardia Civil. El empresario valenciano declaró: “Me acuerdo muy bien de los documentos tachados -se refiere al correo electrónico que sirvió para abrir la causa- … Me llamaron la atención los que están tachados. Eran fotocopias pero las tachaduras no. Le dije a Imad que no quería saber nada de ese lío porque deducía la movida económica que había en los mismos y sobre todo a la persona, al parecer, relacionada con los mismos dado que los había encontrado Imad en un piso perteneciente en su día a Eduardo Zaplana”.

Benavent mantiene ahora que esos comentarios fueron realizados de manera inconsciente porque fue conducido sin avisar por la Guardia Civil al Juzgado sin haber dormido la noche anterior, tras una jornada de juerga. También desveló que fue presionado para que declarara. En su declaración, Benavent, sin venir a cuento menciona el nombre de Zaplana y habla de “una movida económica que había en los mismos”, sin tener conocimiento de las investigaciones judiciales.

El empresario enjuiciado por el caso Taula manifestó que se quedó esos documentos en concreto “como una garantía por si algún día le venían bien” y que no le comentó a nadie de su existencia.

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