El subarrendador del piso de Valencia a Zaplana dice que no tuvo contacto ni con él ni con su familia
Miro Schopoff, quien subarrendó el piso de la calle Pascual y Genís de Valencia donde se alojó el expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro de Trabajo Eduardo Zaplana, asegura que no mantuvo contacto personal ni con el que fuera dirigente 'popular' ni con nadie de su familia ni de su entorno.
El nombre de Schopoff aparece en el sumario del caso Erial -tanto en informes de los investigadores como en resoluciones judiciales-, una causa en la que están investigados, además de Eduardo Zaplana, su hija María y su yerno, Luis Iglesias, por un delito de blanqueo de capitales presuntamente cometido a través de esta vivienda alquilada.
Al hilo de las informaciones publicadas, Schopoff ha remitido un escrito a medios de comunicación en el que explica que el contrato de alquiler de la vivienda en la que residió Zaplana «se firmó a distancia a través de una agencia inmobiliaria de València con María Zaplana», a quien no conoció personalmente ni tampoco a su marido, asegura. «Nunca he tenido ningún contacto personal ni conozco al señor Zaplana ni a nadie de su familia o de su entorno profesional», asevera.
Añade que comunicó su intención de subarrendar el piso de la calle Pascual y Genís en Valencia por escrito a los propietarios, quienes no se opusieron al subalquiler. En este sentido, subraya que «todos los ingresos de la renta de alquiler» que percibió «se recibieron mediante transferencia bancaria con todos los controles financieros que ello implica». «He declarado los ingresos percibidos por este alquiler a la AEAT y liquidado todos los impuestos y retenciones en España», recalca.
Por otra parte, Miro Schopoff precisa que es austriaco -en un informe de la Guardia Civil se dice que su origen es «búlgaro»- y «por lo tanto ciudadano de pleno derecho de la Unión Europea», apostilla.
También enfatiza que es economista titulado por la Universidad de Viena y a lo largo de su vida he desarrollado su carrera profesional en «distintas empresas multinacionales de prestigio». «El éxito de mi carrera como empresario -prosigue- no implica que haya cometido delito alguno, ni de blanqueo de capitales a escala internacional ni de fraude a la Hacienda Pública».
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