Caso Errejón

La defensa de Íñigo Errejón maniobra para quitarle el caso a la juez por indagar demasiado

El diputado nacional de Más País ha estado representado en la causa por dos abogados desde que comenzó la instrucción.

En diferentes ocasiones han solicitado que la juez de traslado de la causa a otro juzgado por entender que no es un caso de su competencia.

Fuentes jurídicas aseguran a OKDIARIO que la causa real es que Margarita Valcarce está instruyendo más de lo que se esperaba la defensa del investigado.

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

“Con esos elementos sobre la mesa habrá diligencias sí o sí”. Así de contundente se mostraba hace semanas una fuente judicial con OKDIARIO, cuando desde este periódico se le pidió opinión acerca de qué haría el juzgado de instrucción correspondiente con respecto a la denuncia por agresión interpuesta contra Íñigo Errejón. La citada fuente no sólo acertó de pleno, sino que pronosticó que, como siempre hace, Margarita Valcarce, la juez a la que le cayó la causa no instruye ninguno de sus casos a la ligera.

Esa forma de conducirse de la magistrada del juzgado 16 de Madrid es lo que subyace, según fuentes jurídicas, al constante interés por parte de la defensa de Errejón, de que esta juez deje de instruir el caso. Ni se esperaban ni deseaban semejante detalle investigativo. La motivación formal para solicitar la salida de esta juez del procedimiento es que a tenor de los abogados de Errejón no hay indicios suficientes para sustentar una acusación por un delito grave y que por eso debería pasar a otro juzgado.

De hecho, las fuentes consultadas por este diario, aventuran que si la juez hace caso omiso y conserva la causa, aunque la convierta en delito leve, la defensa podría tratar de recusarla por haber sido instructora de ‘otro’ delito distinto. «Esa recusación no tendría más sentido que el del mero formalismo. Lo que está claro es que la forma de instruir de Valcarce no agrada a la defensa del líder de Más País. ¿Por qué?»

La juez ha pedido que se lleven a cabo varias diligencias que ni más ni menos pretenden acercarse un poco más a la verdad de lo sucedido el 2 de mayo en Lavapiés. No dudó en oficiar la protección de las imágenes captadas la noche de autos por las cámaras de las calles cercanas al lugar del incidente. Cuando recibió las grabaciones de las cámaras de seguridad las revisó a conciencia. Lo hizo porque en el informe redactado por los agentes de la Comisaría de Centro estaban todos los detalles necesarios para saber dónde y cuándo fijarse.

Todas las diligencias posibles

La policía explicaba en su informe con destino al juzgado cómo Íñigo Errejón fue grabado antes y después del altercado de manera nítida e indubitada, pero también se fijaba en la imagen revelada por OKDIARIO en exclusiva, en la que se aprecia “algo” compatible con la trifulca denunciada. La juez podía haberse conformado con la ausencia de detalles en esa cámara en concreto, pero así no actúa esta juez, así que ha pedido opinión a la Policía Científica para mejorar la imagen y además quiere que le digan si ella puede autorizar algún medio del que carezcan los peritos policiales para hacer su trabajo.

En ese mismo sentido, la juez espera que la Policía localice al repartidor de comida que aparece en los vídeos revelados por OKDIARIO en exclusiva y que vio todo lo que sucedió en la imagen en cuestión.

Pero si hay un episodio que deja muy a las claras la forma de instruir los casos de Margarita Valcarce ese es el examen forense al que se ha sometido la víctima de la agresión de Errejón. El hombre de 67 años fue operado en noviembre de 2020 de un cáncer de colon que le dejó una prominente hernia en el vientre. A los tres días de recibir la patada de Íñigo Errejón, la hernia tenía un aspecto muy empeorado. La forense revisó toda la documentación aportada por el denunciante: informes médicos, estado del tratamiento de quimioterapia y fotografías. Esa revisión se produjo el 18 de junio, dos semanas después de la presunta agresión, y sólo revisando documentos la forense dijo que no había “lesiones traumáticas agudas”.

Repetimos, lo dijo sin haber visto en persona al denunciante, pero es que además explicitó que no lo consideraba necesario para emitir una valoración. Aprovechando que el denunciante debía acudir a declarar al juzgado para ratificar su versión de los hechos, la juez ordenó que la forense revisara en persona al denunciante.

Si el 18 de junio sobre el papel no encontró lesiones, ¿qué iba a decir el 24 del mismo mes por mucho que lo viera en persona? Lo mismo.

Este es uno de los gestos de la juez que inquieta a la defensa de Íñigo Errejón. Nadie sabe en qué acabará la causa contra el líder de Más País, pero de lo que nadie tiene la menor duda es de que la juez instruirá al detalle el caso para garantizar los derechos tanto de la víctima como del presunto autor de los hechos.

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