El Consejo de Estado confirma que el accidente del Yak-42 se debió a un error humano

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Familiares de las víctimas depositan flores ante el monumento de homenaje creado en Zaragoza. (Foto: EFE)

El dictamen del Consejo de Estado elaborado por el ex ministro socialista Fernando Ledesma confirma que el accidente del Yak-42 se debió a un error humano de los pilotos de la aeronave, tal como han establecido ya distintas resoluciones judiciales.

El informe, que desestima pagar nuevas indemnizaciones a los familiares de los 62 militares españoles fallecidos, asume la tesis de la sentencia dictada en 2012 por la Audiencia Nacional: el accidente no se debió a causas técnicas ni a una falta de mantenimiento de la aeronave.

Al respecto, el Consejo de Estado cita el auto dictado el 2 de febrero de 2012 por el Juzgado Central número 3 de la Audiencia Nacional, según el cual las causas del siniestro fueron «la falta de preparación concreta de la tripulación para aterrizar en aeropuertos como el de Trabzon (Turquía), unida a la razonable fatiga, consecuencia de las horas de vuelo» acumuladas.

Varios minutos de caos en la cabina

El informe subraya que «no fueron las circunstancias relativas al estado y mantenimiento de la aeronave las causas, ni directas ni indirectas, del siniestro, sino la [falta de] preparación concreta de la tripulación para maniobrar en un aeropuerto de las características citadas». Y a ello añade «las condiciones de cansancio y estrés [de la tripulación], consecuencia de las primeras maniobras frustradas de acercamiento, llegando a perder el control de la situación».

Del mismo modo, como recuerda el Consejo de Estado, el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Zaragoza sentenció el 10 de febrero de 2006 que «la tripulación no estaba cualificada para este tipo de vuelo, entre la tripulación existía sinergia cero. Después de la primera maniobra de aproximación frustrada [al aeropuerto de Trabzon], existió una baja conciencia de situación, con una mala toma de decisiones y ningún piloto supo romper la cadena de errores».

El dictamen redactado por el ex ministro Fernando Ledesma también recoge las conclusiones de la comisión internacional constituida para investigar el accidente (formada por cinco técnicos turcos, además de representantes de España, Ucrania y Rusia). Esta comisión determinó que «el avión poseía los certificados oportunos, estaba equipado y se había sometido al mantenimiento de acuerdo con las normas aplicables, no constando que sufriera fallos en su estructura, sistemas de control de vuelo o motores antes del impacto».

El dictamen reconstruye las circunstancias del siniestro y el caos que reinaba en la cabina del Yak-42 cuando la aeronave procedente de Afganistán se disponía a realizar una escala en el aeropuerto turco de Trabzon. En un primer momento, relata, «se asignó a la tripulación la pista de servicio 11, pero más tarde, al cambiar la dirección y la velocidad del viento, se dio la instrucción de aterrizar en la pista 29, ofreciendo el controlador una aproximación circular».

«Creían estar volando sobre el mar»

«Al no estar familiarizados con el aeropuerto ni con el tipo de aproximación realizado», añade, «la tripulación carecía de la debida información previa al aterrizaje. Estos factores, más la falta de intercambio de las oportunas comprobaciones entre los tripulantes, su cansancio y el deseo insistente de aterrizar cuanto antes, provocaron una valoración incorrecta de la carta y condujeron a una aproximación frustrada».

A raíz de ello, «el controlador dio instrucciones para subir a 6.000 pies de altura, por lo que el avión entró en una capa de nubosidad dispersa. La tripulación perdió por completo la conciencia de su posición como consecuencia de la tensión ambiental de la cabina y la falta de coordinación». Hasta el punto de que «la tripulación creyó estar volando sobre el mar, cuando en realidad la aeronave se encontraba en un terreno montañoso con valles profundos».

En el mismo sentido, el dictamen del Consejo de Estado señala que «después de más de 22 horas de servicio, el inevitable factor cansancio hizo mella en la tripulación y se reflejó en el comportamiento de sus miembros. El retraso inesperado de cinco horas en el aeropuerto de Manas [donde el Yak-42 había realizado su anterior escala] y una aproximación de no precisión realizada en la fase final de un vuelo bajo condiciones meteorológicas adversas fueron factores que consumieron las energías de la tripulación, afectando a su lucidez mental, la capacidad de atención y la coordinación entre ellos».

Como ha informado OKDIARIO, el Consejo de Estado reconoce la «responsabilidad patrimonial» del Estado para resarcir a los familiares de los 62 militares fallecidos, pero precisa que ello no implica que haya existido «una actuación culposa o dolosa» por parte de la Administración española.

Desestima pagar más indemnizaciones

En sus conclusiones finales, recuerda que los familiares directos de todas las víctimas ya han cobrado indemnizaciones por distintas vías: a través del seguro de las Fuerzas Armadas, las pensiones de la Seguridad Social concedidas, las resoluciones del Consejo de Ministros de agosto de 2003 y noviembre de 2004, y las distintas sentencias dictadas por la Audiencia Nacional y la Audiencia Provincial de Zaragoza, que condenó a dos de las compañías aéreas subcontratadas por la OTAN.

Por este motivo, desestima las reclamaciones patrimoniales planteadas por los familiares ante el Ministerio de Defensa pues, recuerda, el artículo 121 del Código Penal establece que “en ningún caso puede darse duplicidad indemnizatoria” a los afectados cuando la ha reclamado por distintas vías (penal, civil y administrativa).

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