Cerezo a González: «¡Yo creía que te hacía un favor y me has metido en un lío de pelotas!»
Tres de los cuatro protagonistas (sólo faltó el paganini, presumiblemente Fernando Martín) del caso del ático de Ignacio González en la urbanización marbellí de Guadalmina se reunieron en los prolegómenos del pasado verano para intentar mantener un dique de contención común al ver que el agua de este episodio de corrupción les llegaba a las mismísimas narices. Los cruces de reproches llegaron a tal punto que el mandamás del Atlético de Madrid y empresario cinematográfico le echó en cara al todavía presidente madrileño la deriva que ha tomado este escándalo: “¡Yo pensaba que te hacía un favor y me has metido en un lío de pelotas!”.
El caso ático, que en realidad habría que redenominarlo como caso dúplex pues la casa tiene dos pisos y 500 metros cuadrados, ha permanecido sumergido varios meses por mor de una prensa rendida en buena parte a los encantos del billetero del multimillonario presidente de la Comunidad de Madrid y gracias a una Fiscalía que ha hecho más de abogado enmascarador de parte que de garante de la legalidad. El estado de hibernación del caso dúplex no evitó que sus protagonistas se reunieran en varias ocasiones para ver cómo salían del atolladero en el que se han metido.
La última de ellas tuvo lugar en la capital de España antes del verano. En un conocido despacho de abogados madrileño vinculado a Enrique Cerezo se citaron el presidente madrileño, el dirigente rojiblanco y el testaferro californiano Rudy Valner.
La escena parecía sacada de la película Pulp Fiction con los letrados de confianza de todos ellos haciendo las veces de Señor Lobo. Había que arreglar un problema cuasiirresoluble y no sabían cómo. Al final, no hubo fumata blanca y la reunión concluyó como el rosario de la aurora. Cerezo se enfrentó a González después de que su nombre saliera mezclado en una mangancia de libro. Hay que recordar que el presidente colchonero cedió toda su estructura legal en Estados Unidos para esconder la verdadera titularidad de la vivienda de superlujo de La Alhambra del Golf, situada en la frontera entre Marbella y Estepona. El testaferro profesional empleado, el mexicano-estadounidense Rudy Valner, es el letrado habitual de Cerezo en la meca del cine, Los Ángeles.
Cerezo, visiblemente acalorado, le espetó a González: “¡Yo pensaba que te hacía un favor y me he metido en un lío de pelotas!”. El empresario que comparte la propiedad del Atlético con Miguel Ángel Gil Marín y el chino Wang Jianlin estaba que se subía por las paredes después de que Urreiztieta e Inda le hubieran quitado la careta. Él ni ganó ni perdió con esta operación. Simplemente, se limitó a hacer un favorcete. Y punto. El drama para él es que le puede salir muy, muy caro. Pero no económica sino penalmente. La Policía investiga si él hizo de puente entre el presunto pago de la comisión por parte de Fernando Martín y el supuesto recipiendario, Ignacio González.
Los investigadores escudriñan si el dinero partió de una cuenta cifrada de Martinsa en Mónaco rumbo a otra a nombre de Cerezo en Merrill Lynch Miami y de ahí voló de nuevo para aterrizar en el paraíso fiscal estadounidense de Delaware. La vivienda costó cerca de 1.300.000 euros en 2008, de los que 400.000 se habrían satisfecho en negro.
Otro agraviado es Rudy Valner. El fiduciario profesional se quejó amargamente de que este trabajo podía acabar con su carrera, con su negocio y con sus huesos en la cárcel. “¡Por vuestra culpa me pueden inhabilitar de por vida en Estados Unidos!”, bramó en perfecto español (la mitad de su familia es mexicana).
Las pruebas contra Valner no terminan ahí. Son más cantosas aún. El despacho en el que él puso cara y firma a la compra del dúplex de Guadalmina es Suárez de la Dehesa, con domicilio en el madrileño paseo del Pintor Rosales. ¿Quién lo utiliza habitualmente para sus negocios y en régimen de cuasiexclusividad (trabajan casi sólo para él)? Blanco y en botella: Enrique Cerezo. En fin, que el caso dúplex es cada día que pasa más un círculo cerrado que otra cosa.