Andreu cierra la causa del atentado de Las Ramblas con un único autor intelectual: el imán de Ripoll

Es Satty
El imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, considerado el cerebro de los atentados de Barcelona y Cambrils.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, tiene previsto concluir el próximo mes de julio la instrucción de la causa sobre los atentados yihadistas cometidos en agosto de 2017 en Las Ramblas de Barcelona y Cambrils (Tarragona), que se saldaron con 16 muertos y 140 heridos. De este modo, el juicio podría celebrarse el próximo otoño, con sólo tres imputados.

El magistrado está a la espera de recibir las conclusiones de un nuevo peritaje informático, encargado a especialistas de la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra, sobre los dispositivos electrónicos de los principales implicados, hallados en Ripoll y entre las ruinas del chalé de Alcanar.

Según fuentes próximas a la causa consultadas por OKDIARIO, este rastreo informático se ha hecho extensivo también a todos los contenidos y documentos que los miembros de la célula de Ripoll tenían subidos a la red, en la nube. El juez instructor ha querido que participen en la elaboración de este informe agentes de los tres cuerpos policiales que participan en la investigación, para que tenga el mayor alcance posible.

Se trata de un último intento de hallar alguna conexión directa entre el iman de Ripoll,  Aldelbaki Es Satti, y la dirección internacional de Estado Islámico (ISIS). Durante los últimos meses, el juez Andreu ha recibido el resultado de las comisiones rogatorias remitidas a Bélgica, Francia y Marruecos para indagar los contactos que mantuvo Es Satti durante sus viajes.

Los vínculos con el ISIS

Sin embargo, indican las mismas fuentes, ninguna de estas comisiones ha arrojado «datos significativos» sobre la posible vinculación del imán de Ripoll con miembros de la dirección de Estado Islámico, que permitan identificar a otro «autor intelectual» de los atentados, más allá del propio Es Satti.

Como informó OKDIARIO en marzo de 2018, la investigación apunta a que el iman de Ripoll se reunión en el aeropuerto Schwechat de Viena en 2016 con Omar El Harchi, considerado como uno de los principales reclutadores de Estado Islámico (ISIS).

Pese a ello, a la luz de la instrucción, la Fiscalía de la Audiencia Nacional sostiene la tesis de que el imán de Ripoll actuó de una forma completamente autónoma, sin recibir órdenes directas del DAESH. Como ha ocurrido en la práctica totalidad de los atentados similares perpetrados en Europa durante los últimos años (en particular en los casos de apuñalamientos o atropellos masivos), cuyos autores seguían consignas genéricas de Estado Islámico, pero no instrucciones concretas sobre la fecha o el lugar en el que se debían cometer los ataques.

De acuerdo con la instrucción, Abdelbaki Es Satty tampoco recibió un entrenamiento específico sobre cómo fabricar la Madre de Satán, el explosivo que estalló en el chalé de Alcanar frustrando un atentado de mayores proporciones. Fueron los jóvenes integrantes de la célula de Ripoll quienes hallaron en Internet las instrucciones para elaborar este explosivo.

Tres imputados en el banquillo

Los indicios apuntan a que Es Satty se radicalizó durante su etapa en Vilanova i la Geltrú (en 2004 y 2005), donde compartió piso con un iman radical detenido en la Operación Chacal y con un terrorista suicida: Bengacem Bellil, que luego asesinó a 23 personas en Irak estrellando un camión con explosivos contra un cuartel italiano.

Si no surgen contratiempos, la Audiencia Nacional celebrará el próximo otoño el juicio por los atentados del 17-A con tres únicos imputados en el banquillo: Driss Oukabir, Mohammed Houli Chemlal y Said Ben Iazza, que actualmente se encuentran en prisión.

Los dos primeros serán acusados de pertenencia a organización terrorista, fabricación, tenencia y depósito de explosivos y delito de estragos en grado de tentativa. En cuanto al tercero, Said Ben Iazza (cuyo vehículo fue utilizado por los yihadistas para comprar productos destinados a la fabricación del explosivo), será procesado sólo por colaboración con organización terrorista, pues no consta que conociera los planes finales de los yihadistas.

Mohammed Houli Chemlal fue el único superviviente de la explosión de Alcanar, en la que falleció el iman de Ripoll. Aunque en un principio negó los hechos ante los Mossos d’Esquadra, finalmente reconoció que sus compañeros de la célula de Ripoll planeaban cometer un gran atentado con la Madre de Satán en el Nou Camp o la Sagrada Familia.

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