Nuevas pistas sobre el Abdelbaki Es Satty (I)

El imán de Ripoll se reunió en Viena con un peligroso yihadista del ISIS fugado de España

Imán
Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll.
Manuel Cerdán

Abdelbaki Es Satty, el cerebro de la célula terrorista del atentado de Barcelona, se reunió en Viena en 2016 con Omar El Harchi, uno de los yihadistas más peligrosos buscado por la policía española y catalogado como uno de los reclutadores de mercenarios más importantes del Daesh —el autodenominado Estado Islámico (ISIS)— en Europa.

El encuentro se produjo en el aeropuerto Schwechat de la capital austriaca entre febrero y marzo de 2016 cuando, el que luego sería imán de Ripoll, ya había sido captado por los servicios secretos españoles. Es Satty se desplazó de Cataluña a Viena para despedirse del fundamentalista El Harchi que disponía a tomar un avión con destino a Turquía, desde donde pensaba dar el salto a Siria para integrarse en el Daesh.

La información fue revelada a la policía austriaca por parte de un confidente infiltrado en las redes yihadistas que los había acompañado al aeropuerto y que alertó de la presencia en Austria del marroquí con residencia en España. Los austriacos registraron todos aquellos datos pero no dieron importancia a Es Satty, porque inmediatamente regresó a Cataluña.

Aunque aquella estancia del posteriormente imán de Ripoll en Viena no era la primera. Ya en octubre de 2015, al poco de abandonar la cárcel de Castellón, había participado en unas charlas en una mezquita del distrito 15 de la capital austriaca, concurrida principalmente por turcos. En esa época, Es Satty no se significaba públicamente como un radical salafista y adoptaba en sus rezos una línea pacificadora para no ser fichado por las fuerzas policiales. Sin embargo, desde la trastienda, ya se había implicado con la estrategia expansionista del Daesh o ISIS.

En esas fechas, el cerebro de la célula de la matanza de Barcelona seguía residiendo en la zona de Reus, en Tarragona, en donde meses después —según los Mossos, desde finales de 2016 o enero de 2017— ocuparía el chalé de Alcanar donde falleció junto a otros tres terroristas tras estallar las bombas que preparaban para atentar contra la Sagrada Familia y el Camp Nou, entre otros monumentos y edificios civiles de Barcelona.

Cuando Es Satty se entrevistó con El Harchi, también conocido como Omar Tetouani, éste se enfrentaba desde 2014 a una orden de busca y captura en España. Entonces, estaba considerado como uno de los reclutadores más activos en Europa de los jóvenes conocidos como ‘foreign fighter’, luchadores extranjeros, que se enrolaban en las filas del Daesh para combatir en Siria o en Oriente Próximo.

Radicalización tras su salida de la cárcel

El terrorista fugado había nacido en Marruecos pero, al igual que Es Satty, había obtenido la nacionalidad española. El dirigente del ISIS la había tramitado en 2010 a través de la Delegación del Gobierno en Toledo. El imán, en Tarragona.

Según los expertos antiterroristas, Es Satty, que entonces ya había cumplido 41 años, comenzó a radicalizarse tras salir de la cárcel de Castellón en abril de 2014, donde había cumplido una condena de cuatro años por un delito de tráfico de hachís, cometido en Ceuta.

En esa época comenzó a relacionarse con el fundamentalista fugado que entonces ya estaba siendo investigado por la policía, quien le adoctrinó para implicarse en la yihad. Fuentes policiales destacan no obstante que Es Satty y El Harchi podrían conocerse desde mucho antes, ya que ambos son originarios de la zona norte marroquí. El imán había nacido en Chaouen y El Harchi en Tetuán.

Abdelbaki Es Satty
Primeras páginas del auto del juez Ruz en el que describe la relación entre Abdelbaki Es Satty y Omar El Harchi.

El juez Pablo Ruz, que dirigió la ‘operación Gala’, presentaba a Omar el Harchi en un auto judicial de 2014 como “el principal líder operativo y religioso”, de la conocida como la Brigada Al Andalus que actuaba “como responsable de las acciones de captación y adoctrinamiento de los miembros” de la célula integrista investigada en España. El marroquí era el jefe, junto a Lahcen Ikassrien, de un grupo terrorista que llegó a enviar a cinco luchadores a Siria, donde murieron dos de ellos.

Para el magistrado Ruz, El Harchi era “el encargado de organizar la integración de los reclutados en las filiales de Al Qaeda en Siria”, donde se integraban en la facción de Al Qaeda Jabhat Al-Nusra, entonces parte del ISIS, el Estado Islámico.

El dato más reciente sobre El Harchi procede de Siria. En 2017, los servicios de inteligencia sirios informaron que el yihadista había adoptado el nombre de Omar Muhajir Qurtuba. En la actualidad se desconoce su paradero aunque la Policía cree que sigue vivo.

Sorprendente libertad de movimientos

Es Satty tuvo libertad de movimientos para viajar a Austria dos veces y a otras ciudades europeas sin ser detectado o detenido por las Fueras de Seguridad cuando contaba con antecedente en actividades fundamentalistas. Había compartido piso en Vilanova i la Geltrú con Mohamed Mrabet Fhasi, un yihadista investigado en la denominada ‘operación Chacal’, tras los atentados del 11-M, que llegó a ser detenido y juzgado por la Audiencia Nacional.

Mohamed Houli, el único superviviente de la explosión de Alcanar la noche del 16 de agosto, manifestó a los Mossos que llegó a conocer los planes de la célula terrorista en Cataluña sólo a partir de mayo o junio de aquel año de 2017. Esas fechas coinciden con el abandono de Es Satty de la mezquita de Ripoll porque, según mintió a sus allegados, tenía que regresar urgentemente a Marruecos porque su madre estaba enferma. En lugar de salir de España se afincó en el chalé okupado de Alcanar.

La investigación de la Audiencia Nacional ha reconstruido pormenorizadamente los movimientos de Es Satty desde su salida de la cárcel de Castellón hasta los atentados de Barcelona y Cambrils. Lo consideran su periodo de radicalización, que coincide asímismo con su captación por parte de los servicios secretos.

El periodo yihadista del imán iría desde abril de 2014 hasta finales de 2016 que comenzó a reclutar a los integrantes de su célula con vista a perpetrar atentados en nombre del Daesh. Hasta marzo de 2015 vivió entre Castellón y Tarragona y dedicó todo ese tiempo a impedir su expulsión de España por un periodo de cinco años, tras cumplir la condena por narcotráfico. En febrero de 2015, se celebró la vista judicial y un mes después el Juzgado castellonense estimó su recurso para seguir residiendo en territorio nacional.

Fue sólo entonces cuando fijó su residencia en Ripoll, donde comenzó a trabajar como imán para la comunidad El Fath, cuya mezquita llevaba funcionado desde 15 años atrás. Allí permaneció medio año hasta que decidió viajar a la ciudad belga de Vilvoorde, donde vivía un primo suyo. En Bélgica residió hasta marzo de 2016. También trató de trabajar como imán en el pueblo de Diegem, próximo a Bruselas, pero fue expulsado por las autoridades de aquel país.

Regresó a Ripoll en abril de 2016 y empezó a trabajar en la nueva mezquita de Annour, abierta por los problemas de espacio que había en El Fath. Allí estuvo hasta junio de 2017, dos meses antes del atentado. Los viajes a Viena los realizó en su condición de imán de la mezquita de Annour.

Es Satty, en ese tiempo, también realizó un viaje a la ciudad suiza de Zúrich, en diciembre de 2016; una corta visita a París este mismo año, y varios desplazamientos a Marruecos entre 2015 y 2016.

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