Obama se entrevista con Rezaian, el periodista del Washington Post que estuvo preso en Irán
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha entrevistado este lunes en el Departamento de Estado con Jason Rezaian, el corresponsal del Washington Post que fue liberado por la dictadura de Irán a principios de año como consecuencia del acuerdo nuclear, según fuentes de la Casa Blanca.
Jason Rezaian, periodista irano-estadounidense, estuvo un año y medio en la prisión de Evin, Teherán. Formó parte, junto a otros tres estadounidenses de un intercambio de prisioneros entre Teherán y Washington. Un quinto prisionero fue liberado en un proceso paralelo.
A su llegada a la base norteamericana en Alemania, recién salido de suelo iraní, Rezaian afirmó: «Estoy muchísimo mejor de lo que estaba hace 48 horas». Según su familia, su salud se había deteriorado en la cárcel, perdió peso y sufrió hipertensión. Todo ellos, producto de permanecer en aislamiento varios meses sin poder siquiera encontrarse con su abogado.
Rezaian, que nació en el estado de California y tiene doble nacionalidad, fue detenido en Irán el 22 de julio de 2014, junto a su esposa iraní, quien también es periodista y fue liberada pocos meses después. Según su periódico, Rezaian fue sometido a maltrato físico y a abuso psicológico tras su detención, antes de finalmente ser condenado en noviembre por «espionaje y propaganda contra el régimen de Irán» en un juicio que el Washington Post calificó de farsa.
El acuerdo nuclear
El pasado mes de julio, Estados Unidos logró tras más de seis años de negociaciones, que Irán se aviniera a firmar un acuerdo con la comunidad internacional en Viena. En él, el régimen de los ayatolás renunciaba durante una década a tratar de desarrollar armas nucleares, cedía sus instalaciones para la supervisión y desmantelaba el 98% del material atómico que poseía, eliminando dos tercios de sus centrifugadoras.
A cambio, se levantaban sanciones económicas y políticas impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Por otra parte, en un apartado bilateral, EEUU e Irán acordaban el intercambios de prisioneros como si del final de una guerra se tratase.
Teherán dio la libertad a cinco estadunidenses, mientras que Washington excarceló a siete iraníes, cinco de ellos con doble nacionalidad estadounidense, que habían sido condenados por saltarse el embargo económico dictado por el Gobierno estadounidense.