La aerolínea iraní Mahan Air propició la difusión del coronavirus por Oriente Medio

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Pruebas Covid-19

La compañía aérea iraní Mahan Air transportó pasajeros contagiados por la enfermedad COVID-19 a Irak y Líbano y, también, entre Irán y China, ayudando a extender el coronavirus por la región de Oriente Medio a pesar de las prohibiciones que había para operar vuelos debido a la actual pandemia que asola al mundo y que ha dejado ya centenares de miles de muertos y millones de casos diagnosticados en todo el planeta.

Mahan Air, empresa de carácter privado sometida a las sanciones impuestas por Estados Unidos y ligada estrechamente a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés), prosiguió volando a China y a naciones como la iraquí y la libanesa durante varias semanas después de que Teherán prohibiese oficialmente la llegada y la salida de vuelos del país el 31 de enero.

Las informaciones sobre el seguimiento de vuelos y las imágenes de código abierto mostraron cómo Mahan Air continuó viajando mientras se implementaron prohibiciones de vuelos del Gobierno en la región, contribuyendo así a extender el coronavirus en Oriente Medio, según descubrió una investigación del medio BBC News Arabic.

El trabajo periodístico indica que Mahan Air llevó a cabo cientos de vuelos entre Irán y varios países de la región en el período comprendido entre finales de enero y finales de marzo. Y que las autoridades de los puntos de destino dieron permiso a los vuelos de Mahan Air para aterrizar a pesar de haber implementado sus propias prohibiciones en vuelos de rutina desde Irán. Según BBC News Arabic, la empresa aérea ocultó estas operaciones.

Aunque los datos de llegadas y salidas del aeropuerto internacional Imán Jomeini de Teherán y de los aeródromos chinos demostraron que los vuelos continuaron incluso hasta el mes de marzo, bien entrados ya en plena crisis sanitaria mundial. Según los detalles ofrecidos por la versión árabe de BBC News, por ejemplo, en un vuelo del 6 de febrero, 70 estudiantes iraníes regresaron de la ciudad china de Wuhan, punto de origen y epicentro del coronavirus, antes de viajar a Irak el mismo día. Información que da la medida del grave riesgo que se corrió y de la imprudencia cometida ante la emergencia sanitaria de la COVID-19.

Los responsables de Mahan Air indicaron que se habían terminado todos los enlaces desde China después de que una publicación ligada a la esfera estudiantil denunciara la materialización del citado viaje del 6 de febrero. A pesar de ello, hubo 55 vuelos más desde Pekín, Shanghái, Guangzhou y Shenzhen hasta el 23 de febrero, según datos del rastreador de vuelos comerciales Flightradar24.

Lo aportado por la BBC determinó que los primeros casos de coronavirus de Irak y Líbano surgieron de vuelos operados por Mahan Air. Algo muy reseñable teniendo en cuenta que Irán ha sido uno de los países más golpeados por la COVID-19 desde que estallase la crisis sanitaria y que la nación persa cuenta ya con más de 6.300 fallecidos y en torno a los 100.000 afectados. Los aviones que llegaron a Teherán desde China también viajaron en el plazo de 24 horas a Barcelona, ​​Dubái, Kuala Lumpur y Estambul. Mientras, la tripulación de cabina había manifestado su inquietud ante la ausencia del equipo apropiado de protección personal (EPP) y de medidas de contención en los aviones; algo fácilmente comprobable habida cuenta de la escasez de material médico y de protección dentro del propio territorio de Irán durante la crisis del coronavirus, lo que indica que el Estado persa difícilmente podía suministrar ayuda en este sentido a una nación como el gigante asiático. Unas denuncias del personal de vuelo que fueron silenciadas por la propia aerolínea, a pesar de que fuentes de Mahan Air confirmaron a BBC News Arabic que docenas de miembros de la tripulación de cabina mostraban previamente síntomas de la COVID-19.

Según la investigación, si bien hubo algunos vuelos que llevaron ayuda de Irán a China y otros sirvieron para repatriar a ciudadanos iraníes, se operaron 157 vuelos adicionales de Mahan Air entre los dos países después del 5 de febrero. Precisamente, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ya había acusado a la «principal aerolínea terrorista de Irán», Mahan Air, de llevar el coronavirus a Irán a través de sus vuelos a China.
El escándalo revelado por el trabajo periodístico llega hasta tal punto que, según lo difundido, Mahan Air afirmó que estaba enviando ayuda humanitaria a China y que ninguno de los vuelos era de pasajeros, algo que fue desmentido por las propias evidencias que demostraron que se habían operado vuelos con pasajeros precisamente.

La controversia con Mahan Air, que es la aerolínea más grande de Irán, viene también ya de lejos. Estados Unidos señaló a la entidad por lazos con el terrorismo en 2011 debido a su vínculo con la Guardia Revolucionaria iraní y su división internacional, las Fuerzas Quds. Un brazo armado que sirve a los intereses del Estado iraní y del bando chií que defiende en países del entorno de Oriente Medio como Irak (con el apoyo a las milicias de las Fuerzas de Movilización Popular), Líbano (con el sustento al grupo armado chií Hizbulá), Yemen (con el soporte dado a los rebeldes chiíes hutíes en el marco de la guerra civil yemení) o Siria (con la ayuda otorgada a la milicia chií de origen afgano de Liwa Fatemiyoun). Mahan Air fue señalada en este caso por el contrabando de armas relacionado con los representantes de Irán en zonas de alta tensión de Oriente Medio, en nombre de las citadas Fuerza Quds.

Debido a las sanciones que pesan sobre la aerolínea, esta tiene prohibido acceder al espacio aéreo de Arabia Saudí (gran rival regional de Irán y principal representante de la rama suní del islam, contrapuesta a la chií de la que es estandarte la nación persa), y no puede tomar tierra en aeropuertos de Alemania, Francia, España e Italia.

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