Se abren los colegios electorales de las elecciones de Italia: Berlusconi contra los «indignados» del M5S
Unos 46 millones de italianos han comenzado a votar este domingo en unas de las elecciones más inciertas de su historia reciente, en las que la coalición derechista liderada por un resucitado Silvio Berlusconi parte con ventaja frente a los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5S).
La indecisión reina entre millones de votantes, que serán claves para el futuro de la tercera economía de la Unión Europea, que está saliendo a duras penas del estancamiento.
Los centros de votación abrieron a las 7.00 horas y permanecerán abiertos hasta las 23.00 para elegir 630 diputados y 315 senadores. Dada la complejidad del nuevo sistema electoral, se espera tener una idea clara de la composición del Parlamento la madrugada del lunes.
La campaña estuvo dominada por temas como la inmigración, la inseguridad y millonarias promesas económicas imposibles de cumplir, además de agresiones e insultos entre militantes neofascistas y antifascistas, algo que no se veía desde los años 80.
«Nos han prometido de todo y todos nos quieren comprar con sueños irrealizables», se quejó el sábado el florentino Franco Bianchi.
Si se confirman las últimas proyecciones, de hace 15 días, la coalición formada por el partido de Berlusconi, Forza Italia, los xenófobos de la Liga Norte y los neofascistas de Hermanos de Italia no lograría la mayoría absoluta y tendría que negociar con otras formaciones para poder gobernar, por lo que el escenario político se presenta muy incierto.
Según los expertos, el umbral para obtener la mayoría de los escaños se sitúa entre el 40% y 45% de los sufragios con el nuevo sistema electoral, un verdadero laberinto que combina el voto proporcional con el mayoritario.
La derecha unida y desunida
La alianza liderada por el omnipresente magnate y tres veces primer ministro Berlusconi, de 81 años, lograría, según los sondeos, entre el 35% y el 37% de los votos, un porcentaje de todos modos insuficiente para gobernar.
Berlusconi, con un 17%, pugna dentro de su misma coalición con la Liga Norte de Matteo Salvini (13%), que ha irrumpido con fuerza como una formación ultranacionalista y euroescéptica, siguiendo el modelo del Frente Nacional francés de Marine Le Pen.
Una victoria de Salvini, que prometió la expulsión de 600.000 inmigrantes y cerrar las fronteras, pondría a temblar a buena parte de Europa, mientras Berlusconi, inhabilitado para el cargo debido a una condena por fraude fiscal, intenta tranquilizarla proponiendo como primer ministro al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
No se descarta la posibilidad de que Italia sea gobernada por un líder abiertamente de extrema derecha, que recoge parte del descontento y malestar de los italianos.
El PD dividido
Matteo Renzi, líder del Partido Democrático (PD, centro izquierda), quien sale políticamente muy desgastado de la contienda electoral, invitó «a los votantes de la izquierda más radical y también a los moderados a votar por el Partido Democrático» para que «este país no caiga en manos de Matteo Salvini», advirtió.
La situación se presenta engorrosa para la gobernante coalición de centro-izquierda, a la que los sondeos atribuyen el 27,4% de las intenciones de voto, con el otrora mayor partido de Italia, el PD, situado en el 22,9%. Un resultado decepcionante a pesar de que el actual primer ministro, Paolo Gentiloni, figura entre los políticos más estimados.
«Personalmente veo mucha confusión, se ha perdido el rumbo», comentó el sábado a la AFP Giuseppe, oriundo del sur de Italia, mientras un grupo de unos cinco jóvenes reunidos en el barrio de la movida romana, Trastevere, se dijeron indecisos.
La hazaña de gobernar
Segura de su victoria, la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas, que participa en solitario y se negó a pactar alianzas, presentó a los 17 ministros «intachables» de su futuro Ejecutivo y anunció que ahora pasa a ser una fuerza de gobierno para cambiar el país.
«Se acabó la fase en la que estábamos en la oposición y ahora vamos a gobernar», lanzó el viernes el joven Luigi Di Maio, candidato con sólo 31 años al cargo de primer ministro.
«Yo quiero castigar a esa clase política corrupta y mentirosa que nos ha gobernado hasta ahora y por eso voto por el M5E», dijo sin revelar su nombre un médico romano.
Los indignados «a la italiana», sin ideología, apoyados sobre todo por jóvenes dispuestos a quebrar la tradicional bipolaridad entre derecha e izquierda, están dispuestos a gobernar por primera vez el país en caso de lograr la hazaña de superar el 40%.