Cerca de 90 muertos por los ataques de insurgentes rohingya contra puestos de control en Rajine

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Rohingyas en la frontera entre Birmania y Bangladesh, cuyos militares controlan el paso. (AFP)

Al menos 89 personas (77 rebeldes y 12 agentes) han muerto a causa de la serie de ataques lanzados el viernes por insurgentes rohingya contra puestos policiales y una base militar en el estado de Rajine, en el suroeste de Birmania, según ha informado este sábado el Ejército para actualizar el balance de víctimas.

El viernes por la mañana (hora local), unos 150 rohingya atacaron con explosivos de fabricación casera 24 puestos policiales e intentaron adentrarse en una base militar, aunque sin éxito porque los uniformados respondieron inmediatamente consiguiendo repeler la ofensiva rebelde.

El Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA), un grupo armado conocido anteriormente como Aharak al Yaqin o Movimiento de la Fe, que fue creado por los rohingya exiliados tras la ola de violencia de 2012, ha reivindicado la autoría de esta cadena de ataques y ha amenazado con más.

ARSA también se atribuyó el ataque del pasado mes de octubre que se saldó con nueve guardias fronterizos muertos y dio lugar a una «operación de limpieza» durante la cual se habrían cometido graves violaciones de los Derechos Humanos, según sospecha la ONU. Desde entonces, más de 87.000 rohingya han huido a Bangladesh.

«Condeno enérgicamente los brutales ataques terroristas contra las fuerzas de seguridad en Rajine», ha dicho la líder birmana Aung San Suu Kyi en un comunicado. La premio Nobel de la Paz ha destacado «el gran valor» de los agentes frente a «un calculado intento de socavar los esfuerzos de quienes tratan de llevar paz y armonía a Rajine».

Suu Kyi ha subrayado que el Gobierno «no permitirá que este trabajo descarrile por acciones violentas». «Seguimos firmes en nuestro compromiso para buscar soluciones duraderas al problema en Rajine», ha recalcado, según informa el ‘Myanmar Times’.

Conflicto rohingya

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.

El mayor estallido de violencia se produjo hace cinco años, cuando los enfrentamientos entre rohingya y budistas –que son mayoría en el resto de Birmania– se saldaron con un balance de más 200 muertos y 140.000 desplazados en la capital de Rajine

«Ahora mismo la situación es extremadamente grave y podría llevar a otra gran crisis. No es fácil saber qué ocurrirá, pero es muy preocupante», ha dicho Richard Horsey, antiguo diplomático de Naciones Unidas que ahora trabaja como analista político desde Rangún.

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